29.3.09

Sobre la importancia de las velas


Esta luz

sobre la mesa

frente a los libros

de una mujer llena de detalles

como su casa

nos acompañó a cierta distancia

y parecía no notarse mucho.

Para mí,

hizo la diferencia.

18.3.09

Lana sube, lana baja (la navaja)

La encontré. Bueno, no es verdad que la haya encontrado, más bien regresó. Sí, ésa sería la palabra adecuada. Regresó. Es lo que importa. No, no estoy hablando de nadie en especial, tampoco de una mascota, me refiero a mi navaja, mi útil y necesaria navaja, la que por varios días pensé que había perdido; eso me provocó cierta angustia que no podía ocultar.
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No me había dado cuenta de lo importante que es en mi vida tener una navaja porque siempre está ahí, a la mano, en mi bolsa o en mi mochila, según sea la situación. Si necesito unas tijeras: la navaja. Si tengo que cortar algo: la navaja. Si hay que desatornillar algo: la navaja. Y lo mejor, si hay que abrir una botella y no tenemos un descorchador decente cerca: la navaja.
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Creí que la había dejado olvidada en la playa y no podía perdonármelo. No soy alguien que vaya por el mundo perdiendo cosas, algunas veces las extravío, sé que están en algún lugar sólo que no recuerdo dónde, pero cuando se trata de mi navaja, no es así, normalmente la vuelvo a guardar después de utilizarla. Me di cuenta que no soy la única, precisamente el último día que recordardaba haberla usado, o más bien, que la presté para abrir una botella de un vino exquisito que nos tomamos frente a la fogata, mientras atestiguábamos la rapidez con que la marea puede subir, aún en contra de todos los pronósticos; observé que Pepe guardaba la suya inmediatamente después de usarla para mover las brasas con las pinzas. No soy la única, pensé. Después de ese día no recordaba haberla visto de nuevo y cuando, una semana después, preparaba mis cosas para regresar al mar, la navaja no apareció por ningún lado. Tenía la esperanza que alguno de mis amigos la hubiera encontrado y hubiera olvidado comentarme que la tenía, pero no. Nadie dijo nada y respondieron que no la habían visto, cuando pregunté. La verdad es que me pudo mucho haberla perdido y me negaba a comprar otra, la mía me gustaba.
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Pero hoy...Ani decidió desempacar la maleta que llevó a la playa hace una semana, y (voilá!) ahí la encontró. Seguro no entendió por qué me dio tanto gusto cuando la puso frente a mí y pregunto: ¿es tuya?, y menos comprendió que le dijera: ¡Gracias!!!, con muchísima emoción, y la abrazara. La saqué de su estuche y la puse aquí, enseguida, sí, es ella, la de siempre. Mi navaja ha regresado a mi bolsa y el mundo, mi mundo, ha regresado, aunque sea un poquito, a su eje.

12.3.09

Tres años por un zapatazo

¿Cuál será la suerte de Muntadar al-Zaidi ahora que deberá pasar tres años en la cárcel por haber tirado (y fallado) sus zapatos contra Bush? ¿Y si en vez de fallar, los dos zapatos hubieran dado justo en la cabeza-objetivo? ¿Le darían los mismos tres años o ya lo hubieran desaparecido? ¿Qué va a pasar con él dentro de la cárcel? Quisiera pensar que los presos iraquíes, sobre todo los presos políticos, lo van a proteger, y nada malo, o al menos muy malo, va a sucederle.

¿Qué es lo que pensará Bush de todo esto? ¿Seguirá con su misma sonrisa de estúpido al saber que el hombre es un héroe por haber hecho lo que la mayoría de nosotros quisiéramos hacer?

Si se pudiera juzgar a Bush ¿Cuántos años le daría ese mismo Tribunal Central Criminal por todos los muertos que dejó en ese país? ¿Lo decidirían en 15 minutos, igual que lo hicieron con el destino del periodista? ¿Cuántos años le darían los iraquíes?

5.3.09

Nakata en el solar

Sigue Nakata dando vueltas, creo que no se irá. Nakata es un personaje, lo sé. ¿No existe? Quizá ésa sea la magia de la Literatura, porque yo lo extraño. Extraño su paciencia, su infinita paciencia, y la forma en que acepta las cosas como vienen y al mismo tiempo mantiene un asombro constante.

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He encontrado unas bellas ilustraciones de Leila Ketty, las tomé prestadas. Quise traer un poco de Nakata hacia acá. Leila hizo un bello trabajo ilustrado basado en Kafka en la orilla, pueden verlo aquí.

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Nakata se sentó aquella mañana en el solar y esperó. Nakata observó y esperó. Nakata charló con los gatos del solar y esperó. Esa mañana, sentada en el solar, me enamoré de Nakata.



La gatita blanca de mi amiga Eva ha desaparecido, y yo quisiera decirle, hay que buscar a Nakata, seguro él puede ayudar a encontrarla. Nakata iría por ahí, preguntando a los gatos si han visto a la gatita de Eva, ellos le darían pistas y él la encontraría. Sí, Nakata encontraría a la gatita, y una noche tocaría a la puerta de Eva y le diría: “Señorita Eva, Nakata ha encontrado a su gatita. Nakata no sabe muchas cosas, pero ha preguntado a los gatos del barrio y ellos ayudaron a Nakata a encontrarla. Le puse un nombre para no olvidar, espero no le importe, Nakata no es muy inteligente y necesita darle un nombre a los gatos.”

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Nakata hablaba con los gatos y ellos eran amables con él. Nakata cambió la idea que tenía de los gatos. A partir de Nakata, cada vez que veo un gato me pregunto si será medio loco como Kawamura (Si no ata, caballa, encuentra. Si encuentra, ata. Sería algo que podría decir Kawamura), si será un gato culto como Mimí o si estará extraviado, como Goma.



Nakata es, para mí, una síntesis de esa atmósfera que crea Murakami, en donde la realidad y la irrealidad conviven sin una frontera clara. Un mundo propio de ambiente nostálgico, sencillo y silencioso. A Nakata le sucedían las cosas más extrañas y él no las cuestionaba, simplemente las vivía. Escuchaba su voz interior, no era un hombre que supiera muchas cosas y al mismo tiempo tenía el conocimiento vivo en él.




Yo estuve como Hoshino el fin de semana, extrañando a Nakata. Con ganas de decirle: "Hey, Nakata, despierta." Con ganas de que leerlo decir: "Lo siento, Nakata estaba cansado, necesitaba dormir. Pero ahora Nakata se siente bien."

1.3.09

Nakata

Luego fue al dormitorio y contempló una vez más a Nakata, que yacía sobre la cama. Nadie hubiera dicho que estaba muerto. Parecía que estuviese respirando apaciblemente. Parecía que fuera a decir de un momento a otro: "Señor Hoshino. No es cierto que Nakata haya muerto". Pero no, Nakata estaba bien muerto. No ocurriría ningún milagro. Él ya había pasado al otro mundo.
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(...) -¡Eh, abuelo! -le dijo el joven Hoshino a Nakata-. Despiértate, por favor, aunque sea un momento. No sé qué hacer. Ademas, quiero oír tu voz, abuelo. Pero Nakata, por supuesto, no le respondió. Nakata seguía al otro lado de la frontera, en el otro mundo. Mudo, muerto. El silencio se hizo más profundo, tanto que, si aguzabas el oído, podías oír incluso cómo la Tierra giraba alrededor de su eje.
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Hoshino se fue al cuarto de estar, puso el CD del Trío del archiduque. Al escuchar el tema central del primer movimiento, sus ojos se anegaron de lágrimas. "¡Joder! ¿Cuándo fue la última vez que lloré?", se preguntó mientras las lágrimas corrían profusamente por sus mejillas. No logró recordarlo.

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de Murakami, Haruki. Kafka en la orilla. México: Tusquets, 2008.

25.2.09

La claridad nocturna

Observas con atención la aparente oscuridad y escuchas a través del silencio de esta noche que se sumerge líquida en tus ojos. Percibes lo que a simple vista parecía oculto. Cada objeto, este mismo espacio en el que te encuentras ahora, brilla con luz propia. Esa luz habita el interior de los árboles, proviene del fondo de este río, ese río que ahora eres tú, y es desde ahí que se proyecta.

15.2.09

Conservación de los recuerdos

Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes", o: "Frank Sinatra".
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Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte", y también: "Cuidado con los escalones".
Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras que en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempres de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.
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de "Historias de Cronopios y de Famas", Julio Cortázar, 1962. © 1996 Alfaguara
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En mi casa los recuerdos vienen en todas las formas y tamaños. Hay puentes tendidos al pasado desde las paredes, los libreros, los utencilios de cocina o el patio. Un tejido de imágenes y objetos de cualquier especie. Por poner un ejemplo, hay montones de piedras por aquí y por allá, guardadas dentro cajones, sobre las repisas, los muebles o en alguna caja de madera. Cada una representa un momento importante. Aunque no siempre recuerdo cuál momento fue ése, conservo las piedras. Aunque mi memoria falle, a veces, me agrada ver cuántos momentos he querido conservar.

9.2.09

Una pequeña historia contada por las olas, de noche.

Es de noche y el mar está tan tranquilo que casi se te olvida que estás ahí, en su orilla. Lo escuchas, el sonido de sus olas te invita a acercarte y te dejas llevar por ese canto de historias profundas que toca tus pies. Ésta es una de esas historias que el mar me contó una noche, ¿quieres escucharla?

1.2.09

Jirafa

Esta es la historia de un domingo, un domigo genial. Esta es la historia del día que Ana Isabel, por fin, pudo tocar una jirafa. A Ani le gustan las jirafas, le gustan mucho. Tiene en su cuarto una foto de una jirafa que le regaló un amigo y una figura que le traje de algún viaje. Hoy fuimos al zoológico y cuando pasamos por donde está la única jirafa del lugar, ya no nos movimos hasta que se hizo de noche.
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Las fotografías muestran la secuencia: / nos acercamos por el camino / Ani se acercó sola / ellas se vieron e hicieron el primer contacto / nos sentamos a observar y esperamos hasta que se fuera toda, toda la gente / caminamos hasta donde el cerco es muy bajo / Ani se acerca y le busca alguna rama de las que sí le gustan (no todas le gustan) / la jirafa está un poco ansiosa y parece apresurarla, Ani ni cuenta se da pero la jirafa le busca por la espalda (aquí es donde la batería de la cámara se termina y sólo pude sacar las dos últimas fotografías) / y por fin... logró acariciarla. / La sonrisa la llevo guardada.
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Fue un día que no vamos a olvidar.

































25.1.09

Procrastination o hummus en domingo


Es domingo. Los domingos tienen un comportamiento extraño. No son iguales a ningún otro día de la semana, ni siquiera se parecen un poco a los sábados. En domingo el tiempo trascurre un poco más lento que de costumbre, llega a un punto culminante del día que suele variar de un domingo a otro, y a partir de ahí, las horas se apresuran como si tuvieran urgencia por llegar al lunes y a la seguridad de la rutina y los horarios.

Hay tanto que debo hacer este día, sin embargo, tengo ganas de no hacer nada, más bien, de hacer sólo lo que me venga en gana. Y hasta este momento, casi lo he logrado. Comencé la madrugada todavía agüitada por la madriza que se llevó Margarito, pienso en su cerebro casi desprendido y en la sonrisita estúpida que lucía después de cada golpe en la cabeza. Trato de entender por qué, por qué. ¿15 millones de dólares sería una razón? Fue la respuesta en una charla rica con amigos expertos en deportes por televisión y en sus propiedades terapéuticas, los escucho y pienso, cuánto los quiero. Desperté tarde. Abrí Kafka en la orilla, y viajo junto a él en un tren. Hablé más de una hora con mi hermana, desayuné y tomé café, a distancia, con ella. Busco en Internet información sobre un lugar al que deseo ir. Analizo la palabra procrastination y su aplicación en mi persona. Cuando sentí hambre de nuevo, pensé en algo que se me antojara: hummus. Busco la receta, mezclo los ingredientes, el mejor hummus que he probado en años, de verdad quedó bueno. Pienso. Pensar no está en mi lista de domingo (a veces es inevitable). Leo a Murakami (again), Kafka en la orilla, de nuevo me adentro en su atmósfera nostálgica, silenciosa y oscura, de imágenes claras y ciertas, pienso en cuánto me gustaría poder decir: escucha esto, y leer uno, dos, diez fragmentos en voz alta, permanecer en silencio unos instantes y decir: pinche Murakami, cómo puede ver tanto. Y escuchar: sí, es un cabrón.

Encuentro este diálogo entre Kafka Tamura y Ôshima:

–Según la historia de Aristófanes que sale en El banquete de Platón, en el mundo mítico de la Antigüedad había tres clases de seres humanos –dice Ôshima-. ¿Lo sabías?
–No –respondo.
–El mundo antiguo no estaba compuesto por hombres y mujeres sino por hombres-hombres, hombres-mujeres y mujeres-mujeres. Es decir, que un ser humano comprendía dos personas de ahora. Y así vivían todos satisfechos y felices. Sin embargo, los dioses los partieron a todos con un cuchillo por la mitad. De un corte limpio. Como resultado, el mundo se dividió en hombres y mujeres, y desde entonces los seres humanos van corriendo desesperados de un lado para otro buscando la mitad que les hace falta.
–¿Y por qué hicieron los dioses eso?
–¿Partir los seres humanos en dos? Pues vete a saber. Los actos de los dioses nunca son fáciles de comprender. Los dioses son irascibles y tienden a ser, ¿cómo te diría?, excesivamente idealistas. Puestos a suponer, tal vez se tratase de algún castigo. Como la expulsión de Adán y Eva del paraíso que sale en la Biblia.
–El pecado original –digo.
–Exacto. El pecado original –dice Ôshima. Y hace oscilar el largo lápiz entre los dedos índice y corazón como si fuera una balanza–. En definitiva, lo que quería decirte es lo siguiente: para un ser humano es muy duro vivir solo.
Vuelvo a la sala de lectura y sigo con la historia de Abu-al-Hassan, truhán. Sin embargo, no logro concentrarme en la lectura. ¿Hombres-hombres, hombres mujeres, y mujeres-mujeres?
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Yo pienso, mientras termino el hummus y veo el tiempo trascurrir un poco más de prisa.

20.1.09

Sólo en Tijuana


Sólo en Tijuana se puede encontrar el siguiente orden en las construcciones, no importa la colonia: /taller mecánico, farmacia, casa habitación, casa de citas, birrieria, desponchado/casa habitación, taller mecánico, farmacia, birrieria, casa habitación, taller mecánico/ farmacia, birrieria, casa habitación, farmacia, todo por US$1, casa habitación, taller, desponchado, table dance/taller mecánico, casa habitación...y así sucesivamente, cuadra tras cuadra.
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Ya no me sorprendía. Hasta este fin de semana.
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Venía disfrutando del verde en los cerros sin poner mucha atención. Normalmente soy yo quien conduce, ahora era un pasajero más que disfrutaba el paisaje. Llegamos a un semáforo y frente a mí encuentro un edificio enorme (aquí no se aprecia pues la fotografía enfatiza la publicidad de los negocios) y lo que vi, me sorprendió.
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En el primer piso, un table dance (nada de extrañar), pero...en el segundo piso se encuentra ¡¡una iglesia!!!...(sí, de verdad me sorprendí). La Iglesia Cristiana Ríos de Agua Viva, que además es orfanatorio y centro de rehabilitación, comparte el mismo edificio que el table dance...Seguro los de la iglesia hicieron un estudio de mercado y los resultados arrojaron que ése era el mejor lugar para captar mercado, los feligreses nada más tendrían que subir las escaleras cuando les remordiera la conciencia o cuando tuvieran que entrar por ellos para internarlos. O, de plano, ya instalados, podían subir o bajar según estuviera el ánimo.
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Así son las cosas allá...sólo en Tijuana.

12.1.09

Charla en una tarde de lluvia.

-¿Qué deben hacer las hormigas los días de lluvia?- preguntó Midori.
-No lo sé -dije-. Tal vez hagan la limpieza del hormiguero u ordenen la despensa. Porque las hormigas son muy trabajadoras.
-Si lo son tanto, ¿por qué no han evolucionado y se han quedado como estaban?
-Tal vez su estructura corporal no sea apta para la evolución. En comparación con los monos, por ejemplo.
-Vaya, me sorprendes. Hay un montón de cosas que no sabes -comentó Midori-. Creía que lo sabías todo de este mundo.
-El mundo es muy grande -repuse.


Murakami, Haruki. Tokio Blues. Norwegian Wood. México: Tusquets, 2008.

No quiero terminar de leerlo. Extrañaré a Midori como a ninguno de los personajes, no es como May Kasahara, pero, vaya, Midori es genial.

7.1.09

Basaseachi en invierno

Me gusta el sonido del agua. Hace poco descubrí que tengo pequeños videos de cuanto arroyo me encuentra con una cámara digital en la mano. Éste, es el arroyo que corre hasta la Cascada de Basaseachi , lleva el mismo nombre. Aquí la capté un poco antes de caer los cerca de 250 mts. que lo separan del fondo del Cañón de Candameña.

Es invierno, la temporada de lluvias pasó hace unos meses, así que en esta época la cascada casi no lleva agua. En tiempo de lluvias, el arroyo corre bastantes metros más alto y es tanta su potencia y la prisa que llevan sus aguas, que uno se conforma con verlo correr desde una distancia prudente. En invierno se puede caminar hasta las las piedras y sentarse sobre ellas por horas, sólo para escuchar el agua.

5.1.09

Si existiera ese dios

Si existiera un Dios seguro bajaría en estos días desde donde ha estado postrado los últimos siglos, observando.

Si ese Dios del que tanto hablan unos y otros existiera, se detendría en lo más alto de alguna montaña para gritar: ¡Ya me tienen harto!!! ¡Dejen de estar usando mi nombre para pelear entre ustedes, bola de pendejos!!

Si ese Todopoderoso que se apropian unos y otros fuera real, se quitaría los tapones con los que ha cerrado sus oídos para no escuchar las mentiras que en su nombre se han dicho. Se quitaría la venda con la que ha cubierto sus ojos desde hace más de 2000 años para no ver las atrocidades que en su nombre se han atrevido a cometer esas criaturas suyas que un día tuvo a mal dejar por ahí y por allá.

Seguro se sentaría a llorar en algún rincón del planeta después de ver cómo unos de sus hijos que se llaman a sí mismos los elegidos de Dios se encargan de aniquilar a otros de sus hijos que también se llaman a sí mismos los elegidos de Dios.

Estamos llegando a sospechar que ese Dios no existe, incluso sus mismos hijos lo piensan en secreto, y que todas las luchas han sido en vano y tanta muerte nunca tuvo otra bandera más que el poder y la destrucción de unos en manos de los otros.

Sino fuera así, por qué no ha bajado a agarrarlos de una oreja y mandar a cada uno a su cuarto sin cenar y antes de cerrar de un portazo alcancemos a escuchar: y así se van a quedar, hasta que hagan las paces, cabrones.

3.1.09

Así se sabe que han pasado los años

En un oxxo cualquiera frente al mostrador de dulces:

AI: Yo quiero un rielito.
L: Yo también, ¿me pasas uno? Me encantaba comer rielitos con chamoy.
AI: ¿Cuando eras niña ya existían los rielitos y el chamoy?
L: ...

18.12.08

Río Sonora

Así se escucha...

15.12.08

Mi amigo imaginario

Para ser producto de mi imaginación debo confesar que era un excelente conversador, tenía sus ideas y le gustaba compartir opiniones, nunca intentaba imponerlas, y lo mejor: sabía escuchar. Nunca supe cómo o dónde aprendió tanto, no hablaba sobre su pasado. Tal vez, antes de ser mi amigo imaginario lo fue de alguien que vivió en un país lejano, un periodista o un corresponsal de guerra, pues a veces, a mitad de una plática, me sorprendía con algún dato curioso y comentarios sobre las noticias del día.

11.12.08

Inútil insistir


Supongo que el mundo es un mejor lugar cuando yo me subo al carro y dentro del estéreo se encuentra el nuevo disco de Pescetti (pedido-regalo-entrega, especiales, sucede, a veces, cuando uno tiene suerte de conocer personas especiales con las que se comparten risas, pláticas y gustos) y no hago otra cosa más que cantar y reír. Seguro cuando hago alto en un semáforo alguien debe pensar que ahí va una loca muy feliz, porque se ríe sola. Tengo un asiento en el espectáculo y me divierto como si estuviera ahí. Y sí, voy feliz y canto. Gracias.

4.12.08

El momento

Cuando cosas como éstas ocurren, cuando el mundo se desmorona, cuando el pájaro deja de dar cuerda, cuando la llavecita se pierde y nuestro universo no puede funcionar, entonces es momento para la literatura.

Es un pájaro de verdad. No sé como es. Jamás lo he visto. Sólo lo he oído. El pájaro-que-da-cuerda se posa en un árbol de por aquí y, poco a poco, va dándole cuerda al mundo. Mientras tanto, hace ric-ric. Si él no le diera cuerda, el mundo no funcionaría. Pero eso nadie lo sabe. Todos, absolutamente todos, creen que es un enorme mecanismo, mucho más imponente y complejo, el que mueve el mundo con mano férrea. Pero no es así. La verdad es que el pájaro-que-da-cuerda va de un lugar a otro accionando el resorte que hace funcionar el mundo. Es un mecanismo tan sencillo como el de un juguete de cuerda. Basta con hacer girar una llavecita. Pero esa llavecita sólo la puede ver el pájaro-que-da-cuerda.
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de MURAKAMI, Haruki (1994), Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, Maxi Tusquets, México, 2008.
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Desde que lo leí, hace un par de meses, creo que hablo de él al menos una vez al día, con quien se deje. Comenzamos a platicar de algo inocente, y sin saber cómo ni decir agua va, aparece con su ric-ric-ric. Ni siquiera yo me doy cuenta qué mecanismo acciona el tema o cómo aparece en el universo de la charla. El caso es que si hablo de él una o dos veces al día, lo pienso cerca de 20 ó 30 veces, tal vez más. No he querido analizarlo, no quiero saber qué técnicas utiliza Murakami para atraparme de esa forma, para hacer de sus personajes seres a los que me gustaría tener como vecinos o compañeros de viaje. Sólo sé que lo leo y escucho el sonido: ric-ric-ric, desde ese pozo en donde a veces me guardo, aún estando rodeada de personas o realizando cualquier actividad. El pájaro va directo al pozo, a la rama del árbol imaginario que planté junto a mi pozo imaginario, y desde ahí me llama, y yo sé que en ese momento, está dándo cuerda a mi mundo.
Debo admitir que al principio me sentí un poco decepcionado. Cabía la posibilidad de haberme confundido, pensé que tal vez había entrado al espejo equivocado. Imposible, fue tan sencillo hacerlo. Primero atravesé el cristal con una mano, después asomé la cabeza y, sin pensarlo, me metí por completo. No hay nada al otro lado del espejo, sólo un espacio vacío y con poca luz. Intenté distinguir algún objeto, una sombra, no pude ver nada. Sentí frío, aquel espacio se encontraba vacío por completo. Deseé encontrarme con algo o con alguien, debería, al menos, poder escuchar sonidos de ese lugar, pero no, nada se movía, nada se escuchaba, no había nadie. Traté de ver hacia el otro lado, el que conocía, el mundo que creía conocer. Pude ver que alguien abría la puerta, la vi acercarse. Al otro lado: May. Quizá lo imaginé, pero podría jurar que saludaba, ahora creo que se despedía de mí. Parecía no importarle lo que estaba pasando, que yo la estuviera viendo desde el otro lado. Sacó algo como un pañuelo del bolso trasero de su pantalón. Entonces, ella, con mucha paciencia, borró mi reflejo del cristal.

1.12.08

Feliz

onnellinen / glücklich / feliç / sretan / heureux / χαρούμενος / खुश / gelukkig / gembira / felice / lykkelig /szczęśliwy / fericit / счастливый /glad / hạnh phúc / happy / hiisax hant yaait

28.11.08

Grinch-out


Después de elegirlo entre muchos otros parecidos a él, pero no iguales, lo subimos al techo del carro. Me sentí mal de verlo así, tan bello (de verdad es bello, grande, hermoso), fragante (de verdad huele rico, de esos aromas que entran y se van dentro, dentro, que te llevan a momentos que apenas y recuerdas o a lugares en los que nunca has estado y siempre has soñado conocer), tan lleno de vida aún (se puede sentir su energía, está vivo). Tuve que alejar al grinch que habita en mí para hacerla feliz. Ella prometió que sacaría tooodos los adornos, que pondría tooodas las luces, al final, no pude resistirlo y terminamos haciéndolo juntas. Fue lindo verla sonreír así. Su última navidad siendo niña. Fue una linda tarde.

23.11.08

Yellow, Red & Blue together, again...

Wassily Kandinsky, Yellow, Red, Blue, 1925; Oil on canvas, 127x200cm; Centre Georges Pompidou, Paris

En la foto: Versión rompecabezas que terminé de armar hoy.

22.11.08

De la luz en el otoño

Ha llegado esa época del año que vuelve mi casa, mi habitación, un espacio completamente disfrutable. La luz entra por las ventanas y todo se ilumina, como si pudiera verlo por primera vez. Dan ganas de quedarse aquí el día completo y sentir el sol caer sobre la espalda. Eso es lo que decidí hacer, quedarme aquí hasta que la luz termine de pasear, quizá salga detrás de ella más tarde. Cuando desperté abrí el libro que paseé inútilmente toda la semana en mi bolso, nunca pude encontrar un momento para leer entre semana, hasta hoy, que la luz lanzó la invitación, ábrelo y averigua qué pasó. Como un espía en la vida del personaje, enterándome de su vida y las cosas simples que extraña, yo también extraño cosas así. Me pregunto si volverá a salir con la chica extraña que cocina bien y no teme al fuego. Él describía cómo entraba la luz por la ventana mientras observaba a la chica cocinar y pensé que, ese otoño de hace muchos años, es igual a éste, en mi habitación.

17.11.08

Porque soy tu madre

I
El brazo derecho

Ellos caminan tomados de la mano, conversan alegremente. Ella lo ve directo a los ojos y sonríe. Él la mira, se siente contento de venir a su lado, de escucharla y sentirla cerca, pudiera decirse que es casi feliz. Ellos conversan y ríen. Se abrazan, se abrazan fuerte y, por unos instantes, dejan de hablar. Caminan abrazados, la conversación deja de ser importante. Ella sólo sabe que lo quiere. Él la quiere también. Ella lo hace sentir distinto, importante, él quiere estar con ella.

Camino detrás de ellos, da gusto verlos. Hasta que...


II
El brazo izquierdo


Ellos caminan tomados de la mano, como lo han hecho desde que él es un niño. Desde entonces, ella toma su mano para guiarlo y asegurarse que no se vaya demasiado lejos. Desde entonces, ha estado ahí para recordarle que ella es su madre, la mujer que le dió la vida, quien siempre ha estado a su lado y siempre lo estará. Cada día le dice cuánto lo quiere, le recuerda que ella lo conoce mejor que nadie, y que sólo ella sabe lo que es bueno para él. Porque ella, ella le ha dado todo, se ha sacrificado por él y siempre ha estado a su lado. Él es su hijo y siempre, siempre estarán juntos...


III

Te amo, pero ella es mi madre


Sí...la madre, su madre, lo toma de la mano... no lo suelta por nada, incluso cuando él trata de retirar ése, su brazo izquierdo, deseoso de libertad e independencia materna, esa mano lo sigue, como lo seguirá por el resto de sus días...

14.11.08

Algo Inmenso

(De cuando Novecento decide bajar):

Se lo había dicho uno que se llamaba Baster, Lynn Baster. Un campesino. Uno de esos que vive durante cuarenta años trabajando como un burro y lo único que ha visto es su campo, y una o dos veces, la gran ciudad, unas leguas más allá, el día de la feria. Pero lo que a él le había pasado era que la sequía se lo había quitado todo, la mujer se había fugado con un predicador de vete tú a saber qué, y a sus hijos se los habían llevado unas fiebres, a los dos. En fin, uno que nació estrellado. De manera que un día recogió sus cosas, y recorrió toda Inglaterra a pie, para ir a Londres. Pero, teniendo en cuenta que no entendía mucho de caminos, en vez de llegar a Londres acabó en un pueblecito insignificante, aunque, no obstante, si seguías por aquel camino, girabas un par de veces, y rodeabas una colina, al final, de repente, veías el mar. Nunca lo había visto, se quedó pasmado. Lo había redimido, si hay que creer en lo que decía. Decía: «Es como un grito gigantesco, que grita y grita, y lo que grita es "¡Pandilla de cabrones, la vida es algo inmenso!, ¿quereis enteraros o no? Inmenso".» Lynn Baster no había pensado nunca en aquello. Nunca se le había ocurrido pensarlo. Fue como una revolución en su cabeza.


BARICCO, Alessandro (1994) Novecento. Anagrama, Barcelona, 2007.

11.11.08

Recuento de cosas inútiles.

Dialogo nocturno entre AI y su servilleta mientras regresábamos a casa:

- ...Y dijeron que sólo les quedaba un poquito de rencor.
- ¿Sólo un poquito? ¿Qué tanto será un poquito? ¿Lo suficiente para no hablarse?¿Para qué nos servirá el rencor? Si lo sentimos, seguro es que nos sirve de algo.
- Hay cosas que no sirven para nada.
- ¿Tú crees?
- Sí, como las moscas y las cucarachas.
- Bueno, las ranas se comen a las moscas, lo vi en la tele y en todas las caricaturas las ranas comen moscas.
- Bueno, las moscas sí sirven para algo, pero las cucarachas, no.
- Estoy de acuerdo.
- Las caries.
- ¿Las caries, qué?
- Las caries tampoco sirven para nada.
- Mmmhh
- Ser gordo, ser gordo no sirve para nada.
- No lo sé, es el resultado de comer mucho, como un anuncio que dice algo de nosotros...
- ¡Mamá....!
- Ya, ya...
- Los pelos en las axilas.
- ¿No nos sirven?
- No, tampoco los infartos. No sirven para nada.
- Ya sé, ya sé algo que no sirve...los french poodle...
- No, esos sirven de decoración.
- Si tú dices.
- Ya llevamos muchas cosas, bueno, tú no has dicho nada que no sirva.
- Es que sigo pensando si los infartos sirven para algo.
- No, no sirven para nada, como el rencor y los pelos en las axilas.

7.11.08

La sorpresa, la agradable sorpresa

Después de la sorpresa inicial, después del gusto contenido...sentir la necesidad de salir, no saber estar, cómo estar. ¿Cómo se está cuando se encuentra lo que no se ha ido?

Salir, caminar, comprar una cajetilla de cigarros, las luces, la prisa de quienes transitan, caminar el espacio donde nadie habita. Saberse. Caminar un poco más mientras se enfrenta lo que estaba guardado y, entonces, regresar.

Servir una copa de vino, encender un cigarro, volver a la pantalla, no saber qué causa el temblor... y escuchar...ver...saber. El silencio. De frente el tiempo, la música, la voz, las canciones, la presencia...

Alguna vez estuvieron tan cerca que no hubo tiempo ni distancia, y toda la certeza se desplegaba en ese instante.

3.11.08

Isla Tortuga

Azul / Feliz / Océano / Respiración /Vida / Burbujas / Peces / Expectación / Movimiento / Paz / Oxígeno / Armonía / Corriente / Agua / Seguridad / Naturaleza / Silencio / Imágenes / Luz / Asombro / Espera / Colores / Ser / Libertad / Azul / Azul / Azul / Azul...





















Imágenes: Michael Huhn

A todos los que aburrí con la plática, a quienes compartí mi sonrisa y felicidad, a los que no supieron por qué pero me vieron y sintieron llena de mar. Esto es algo de lo que vi aquel día en Isla Tortuga.

Gracias, Mike. Excelente guía, excelente compañía, excelente buceo. La espera valió.

29.10.08

Insomnio

Desearía tener un switch que apague cualquier idea que aparezca cuando no puedo dormir. No resolvemos misterios o problemas tras una noche de insomnio, al contrario, complicamos aún más lo que de por sí ya era complicado. Ese switch tendría el poder de detener los pensamientos que no sirven para nada más que para acelerarnos o crear situaciones imposibles, preocuparnos por la crisis financiera, por la señora que puede acercarse a mostrarnos un perfume en el estacionamiento del centro comercial o el deseo que no se cumplirá por no haber enviado ese correo antes de apagar la computadora, o peor aún, hacernos enojar con seres que seguramente duermen plácidamente y que no tienen idea de las serias conversaciones que sostenemos con ellos solamente porque no podemos dormir.

Porque entonces, dan ganas de levantarse y arreglar las cosas en ese preciso momento, hacer una llamada o salir de casa, hacer unas cuantas preguntas, escuchar las respuestas, decir dos o tres tonterías (aunque sería mejor permanecer en silencio) y regresar en paz con el ánimo de dormir o saber algo de finanzas para comprar algunas acciones de El Tizoncito que se expande por China o anotar esos pendientes que habían quedado extraviados en el limbo de mi memoria o abrir el google earth y visitar Estambul, elegir las calles por las que caminaría ese día, pero dan más ganas de hacer esa llamada o salir de casa y arreglar las cosas en ese momento y dejar de pensar, dejar de pensar, dejar de pensar.

22.10.08

Mirar hacia los lados

Platicamos sobre la fijación por esos hombres que nos parecen tan atractivos: su actitud ante la vida, la forma directa de hacer y actuar, la no negación de la evasión, el no compromiso, la ligereza y el descubrimiento. Platicamos sobre los problemas que esos hombres tan atractivos traen consigo. Bien, entonces volteemos a ver otro tipo de hombres, pero...¿en dónde están?

Platicamos sobre la falta de atención que prestamos a otros hombres que no sean los del morral, el cabello y la barba crecida. Platicamos sobre el no ver hacia donde hay otros que no van a pie, sino montados en sus autos. Decido hacer un ejercicio, hoy voltearé a todos lados: carril izquierdo, derecho, adelante y atrás. Observaré lo que no he visto.

El resultado: Uno casi atropella a una señora que no cruzó la calle con celeridad, daban ganas de matarlo. Dos hurgaron su nariz y se sacaron los mocos apenas llegaron al semáforo, hasta miraron con atención el tesoro recién extraído, como dirían mis alumnas: aaasco. Algunos adolescentes, y otros no tan adolescentes, manejando con prepotencia. Un vaquero que casi nos choca al cruzarse de un carril a otro para dar vuelta en U. Tres conductores con vestimenta formal, demasiado formal para mi gusto. Uno más le gritaba a su pareja. Del resto no me acuerdo.

Opté por abortar el ejercicio y subir el volumen de la música para cantar con Ani. Tampoco pasó nadie a pie con morral y cabello largo.

19.10.08

Uno se va y otro llega




Tenemos un nuevo miembro en la familia, es pequeño, de orejas largas y piel suave. No estoy segura si ya tiene nombre definitivo, creo que será Mambo, todavía no es la elección final-final, así que cualquier otro puede surgir en el espectro de posibilidades (han pasado otros como Capuccino y Moka). Lo importante es que está aquí, que se acomoda y se duerme en su mano, que la sonrisa ha regresado y que sentimos que la casa está menos sola. Las mascotas no sustituyen a nadie, menos a otra mascota o a una hermana, pero es verdad que nos hacen falta.

Por alguna razón que desconocemos, Bob no despertó el sábado. Fue difícil dar la noticia a Ani, abrazarla y estar con ella en ese momento nos llevó a tener un sábado de esos que se disfrutan. Nos quedamos en la cama abrazadas, ella lloraba, Bob era muy importante, era importante saberlo aquí. Iba y venía con ella a todos lados, era un conejo viajero. Así abrazadas continuamos leyendo un libro de Judy Moody, lo terminamos. Hablamos de la posibilidad de buscar otro conejo o un perro, habló de colores, tamaños, hasta que la tristeza fue pasando.

Le platiqué del póster que vi alguna vez sobre las cosas importantes que uno aprende en el kinder, entre otras cosas mencionaba el saber que los peces, las tortugas y los conejos mueren, así como lo haremos nosotros un día. No quiso hablar del tema. En este momento no es algo en lo que quiere pensar, aunque lo sabe.

Hoy por la tarde salimos a pasear. Pasamos por una tienda donde alguna vez vi muchos hamsters, cuyos, ratas...y conejos. Nos bajamos a ver y, claro, salimos con un pequeño y lindo conejito de color café. No es Bob, pero es lindo y espero que él despierte todas las mañanas, muchas mañanas con ella.

6.10.08

You're a great divebuddy

Cuando alguien dice algo bueno sobre nosotros, nos sentimos halagados, y si además nos lo dice directamente, tenemos una sensación de gusto y satisfacción, a veces mezclada con pena y una risita. Pero cuando además, la persona es alguien a quien admiramos porque es chingonométricamente bueno para lo suyo, porque es un profesional, tiene toda la experiencia y conoce su oficio. El que nos diga "you're a great divebuddy, we should dive together again" es como para no caber dentro de uno.

Mike fue un excelente guía, siempre había querido bucear con él y los buceos fueron estupendos, quizá de los mejores.

Y si además, el comentario fue la cereza en el pastel de un día máximo de buceo en la Isla Tortuga, muy, muy esperado y disfrutado, muy buenos compañeros de viaje, después de tres buceos: excelente visibilidad, vida, mucha vida (me sentía como dentro de un dibujo del fondo del mar), temperatura a 0° (ni frío, ni calor), mantas gigantes, tortugas que nadan despacio y nos dan oportunidad de alcanzarlas, peces de todos tamaños y colores, corales blandos, un azul profundo, burbujas subiendo desde la profundidad, la sensación de no querer salir nunca de ahí.

Soy azul y líquida, si me pican con un alfiler les regalo un poquito de ese Mar de Cortés que viví ayer. Lo traje todo conmigo.

1.10.08

good looking

Me levanté, me bañé y me arreglé. No voy a salir, simplemente hablaré por teléfono tooooda la mañana, pero creo que mi voz suena distinta cuando estoy en pijamas, y también pienso que la gente del otro lado de la línea lo percibe, así que creí que lo mejor sería hablar con voz de quien se ve rebien y ya tomó suficiente café.

Miro por la ventana y hablo por teléfono. Necesito otro café.

28.9.08

Este pozo es muy popular, ¿no lo crees, May?

Después de varias semanas caóticas, llenas de sucesos, de idas y venidas, de dolores y esperas, me siento como si hubiera pasado un tornado y yo me asomara desde mi refugio a ver lo que dejó a su paso. Esta chica lista de May Kasahara me ha invitado a entrar al pozo con ella. Me doy cuenta que no estamos solas, está bastante concurrido este espacio. A veces podemos ver las estrellas desde la oscuridad y escuchamos música, no es un pozo de tristeza, al contrario, es un pozo para ver la realidad desde otra perspectiva.

Este fin de semana A yo y hemos estado juntas. Preparar comida y sentarnos a charlar es algo que disfrutamos, nos hacía falta vernos y platicar. Extrañaba verla y escuchar sus anécdotas, su risa. Después de varios días pude constatar cuánto crecen los chicos cuando uno se descuida. Preparar un spaguetti a las 10 de la noche y cenar frente al televisor nunca había sido tan importante.

16.9.08

My secret place

Me saqué a mí misma casi a rastras de la casa, si no iba a hablar con nadie, al menos que me diera un rato el aire. De cualquier manera ahí dentro no podía arreglar nada. Así que busqué un camino, al principio no sabía para dónde, pero me acordé de mi lugar secreto, y ahí voy, con todo y lluvia, seguro dejarme lavar era lo que necesitaba. Y lo encontré, ahí estaba, con más agua de la que había la última vez que estuve ahí, en silencio, como la última vez que estuve ahí.

Lo mejor, encontrar huellas de venado, muchas huellas, muchas. Había más huellas de otros animales, muchos pájaros y alcancé a ver dos tortugas, hasta un zorro pude ver. Me senté ahí a escuchar, a ver y a llover. Y llovió, y con la lluvia regresé a la ciudad.


15.9.08

Cuando perdimos la luz

Uno va por la vida sin ser consciente del equilibrio, simplemente lo vive, las personas, las situaciones, lo que está ahí, lo que no está, todo forma un perfecto equilibrio (o no tan perfecto, pero es lo que tenemos), de pronto algo sucede, algo se mueve, apenas nos damos cuenta, todo ha cambiado.

Tomé esta fotografía, no pensaba en el equilibrio sólo vivía dentro de él, un extraño equilibrio. Observé el atardecer, cada instante hasta que el sol desapareció. Junto con la luz, se fue mucho más.

25.8.08

El viento del verano

El verano ha traído consigo un viento de cambios. Nos ha movido de un lado a otro, nos aleja, nos acerca, nos propone, nos invita, nos lleva y trae para enseñarnos que estamos aquí sólo por un momento, nos susurra y dice que si nos soltamos y dejamos llevar, el viaje será más sencillo y, si ponemos atención, nos damos cuenta que sí, que disfrutamos el proceso.

Algunos cambios nos asustan, eso es seguro, pero también es seguro que lo que nos espera puede ser una gran aventura, y nos gustan las aventuras. Así que nos dejamos llevar por este viento sin saber a dónde nos lleva. Nos tomamos de la mano, pero no demasiado fuerte, porque el viento nos lleva con distinto ritmo y estamos preparándonos para vernos volar. Sí, nos veremos volar, seremos testigos del vuelo y viajaremos ligeros.

16.8.08

Discurso del oso

Soy el oso de los caños de la casa. Subo por los caños en las horas de silencio, los tubos de agua caliente, de la calefacción, del aire fresco, voy por los tubos de departamento en departamento, y soy el oso que va por los caños.
Creo que me estiman porque mi pelo mantiene limpios los conductos, incesantemente corro por los tubos y nada me gusta más que pasar de piso en piso resbalando por los caños. A veces saco una pata por la canilla y la muchacha del tercero grita que se ha quemado, o gruño a la altura del horno del segundo y la cocinera Guillermina se queja de que el aire tira mal. De noche, ando callado y es cuando más ligero ando, me asomo al techo por la chimenea para ver si la luna baila arriba, y me dejo resbalar como el viento hasta las calderas del sótano. Y en verano, nado de noche en la cisterna picoteada de estrellas, me lavo la cara primero con una mano, después con la otra, después con las dos juntas y eso me produce una grandísima alegría.
Entonces, resbalo por todos los caños de la casa, gruñendo contento, y los matrimonios se agitan en sus camas y deploran la instalación de las tuberías. Algunos encienden la luz y escriben un papelito para acordarse de protestar cuando vean al portero. Yo busco la canilla que siempre queda abierta en algún piso; por allí saco la nariz y miro la oscuridad de las habitaciones donde viven esos seres que no pueden andar por los caños, y les tengo algo de lástima, al verlos tan torpes y grandes, al oír cómo roncan y sueñan en voz alta y están tan solos. Cuando de mañana se lavan la cara, les acaricio las mejillas, les lamo la nariz y me voy, vagamente seguro de haber hecho bien.

Julio Cortazar

15.8.08

Certificado de Mafaldez


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7.8.08

Lluvia

A veces sucede que los fantasmas nos descubren acechándolos bajo la lluvia, al principio fingen no haberse percatado que son observados, si nosotros seguimos ahí, entonces nos miran de frente y se acercan para contarnos un secreto al oído.





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