22.12.05

El camino

Emprenderé el camino que tantas veces he disfrutado, el de los colores ocres y el espacio más amplio, pero esta vez será distinto, porque mientras avance y me acerque a lo que conozco, cerraré mis ojos para regresar, como si nunca me hubiera ido, como si nunca hubiera cerrado una puerta, ni dicho adiós...no me quiero ir.

14.12.05



Pájaros

Los pasillos se hicieron laberintos
se perdieron los pasos
los pájaros regresaron a sus jaulas
y la sangre dejó de reptar
la vida no encontró la salida
se fue debilitando en un rincón
ansiedad en azul
miserias pintadas en las paredes
no dejaste ninguna pista
no encontré señal alguna
quizá los pájaros en su desesperación
se comieron la esperanza
y con ella mi cordura

5.12.05




!Ah! los colores...

me gustan los colores
cuando son sencillos
sonrisa de niño
iconos sin palabras
me abruman
me pierdo
sin decir

26.11.05

La verdad

después de varias copas de vino, todos decimos la verdad...

¿qué quieres saber?

20.11.05

Alguien quería algo

Papelitos de colores
Banderas en todos los tamaños
Música y soldaditos verdes
La multitud se dispone a festejar.
-¿Qué se festeja?
-No lo sé, no importa
Chicharrones, elotes, algodones
Dispárame uno, no seas gacho.
¡Ahí viene, ahí viene!
¡El desfile!
¿Sabes qué festejamos?
No, pero no importa.
Venimos a ver secundarianas en shorts.
¡Quiero una bandera, mamá!
Cuando sea grande quiero ser soldado.
Cuando sea vieja quiero morir.
Dulces, chicles, chamois.
Papá, dame dinero para comprar un chiflo.
Si me lo prestas para chiflarle a esa morrita.
Qué buenas están.
Qué bien que hay desfile.
¡Vivan los héroes! ¡Vivan!
¿Qué celebramos?
No lo sé, no importa.
Hazte a un lado que no me dejas ver.
El de enfrente tampoco me deja ver a mí.
Una banda de guerra.
Sonidos, silencio de tambores.
Su corazón late con fuerza,
Se desagua de emoción.
¿Por qué desfilamos?
Si no lo sabes tú, que te tocó marchar,
cómo quieres que yo sepa,
hace mucho que fui a la escuela.
Alguien peleó y se murió hace tiempo,
Alguien quería que algo cambiara,
para que pudiéramos tener este desfile.
¡Qué bonito que arreglaron todo!

18.11.05

Dormir o no dormir

Con eso de que ahora el sol se queda dormido un ratito más y a mi despertador le da por sonar a la misma hora de siempre, he decidido cambiar la alarma, la pondré todavía más temprano, cuando aún esté completamente oscuro, quiero sentir ese enorme placer de voltear a ver el reloj, hacerme bolita de nuevo y saber que todavía puedo dormir media hora más, con una sonrisa que apenas asome, no quiero despertar por completo, así que no puedo esforzarme demasiado.
Pocos placeres podrán igualarlo...me despertaré feliz, casi tan feliz como si despertara en otro lugar, y no hubiera dormido casi nada.

15.11.05

Le rompió el corazón

Salí a tomar un poco de aire y a ver la luna, ahí estaba, colgada del cielo, grande y luminosa, anunciando su lejanía tan próxima, en eso veo venir una pareja, se veían realmente tiernos, no tenían más de 16 años, hablaban en voz alta, así que no pude evitar escucharlos.
Ella traía un oso de peluche con un gran moño entre sus brazos, él la abrazaba.
Él explicaba algo, ella no quería escuchar, él seguía hablando, ella le quitó el brazo, no dejó que la abrazara más.
Justo cuando pasaban frente a mi casa, ella se detuvo y le dijo mirándolo a los ojos: creo que es mejor que terminemos, no tiene caso seguir así.
Él se paró en seco, no dijo nada. Ella siguió caminando y él la siguió.
Ya no escuché más palabras, pero desde donde yo estaba pude escuchar, con un sonido parecido a un crujido seco, el momento exacto en que a él se le partió el corazón.

13.11.05

Mi envase preferido


Me paseaba por los pasillos de Zazueta buscando dulces de tamarindo y chamoy. En eso los vi, en la parte superior, como que no quiere la cosa,ahí estaban. De golpe vinieron sabores y recuerdos de un patio de escuela (paredes altísimas y cubierto de cemento...qué horror), la hora del recreo, el kinder, una bolsita de gamuza con una moneda, la cantidad exacta para comprar un dulce, ese dulce. Vaya que ha pasado tiempo desde entonces.Compré un paquete, no podía esperar a abrirlos. Finalmente llegué a mi casa, rompí la envoltura y tiré el contenido. Me comí el envase. Realmente sabía bien. Me duele el estómago.

1.11.05

En tus pulmones

Tenía un secreto
no sabía que hacer con él
temía olvidarlo o perderlo,
los secretos hay que guardarlos
como a los zapatos o los capullos,
o los anillos de graduación.

Lo guardé dentro de un cigarro,
un gorrón pasó por donde estaba sentada
pidió algo para fumar,
se fumó mi secreto
y lo extendió por todo el jardín.

Los árboles lo liberaron,
las nubes lo llovieron
tú, lo respiraste.

30.10.05

Estaba oscuro, muy oscuro, hacía tiempo que quería caminar, acepto que ni el lugar ni la hora eran lo más indicado para una caminata nocturna. La verdad es que prefiero caminar acompañada, se puede platicar de todo mientras se recorren espacios que normalmente no atiendo cuando manejo, pero a falta de compañía, decidí caminar sola. Me arrepentí después de la primera cuadra, realmente no conozco el lugar. Un carro se detiene y me invita a subir, son cuatro, no les contesto, creo que no voy vestida para la ocasión, dan otra vuelta y finalmente se van. Chin. Perdí mi oportunidad. Dos cuadras adelante encuentro otro carro, sólo un tripulante. Vamos a dar una vuelta. No le contesto. Se queda parado. El tipo viene tan borracho que se ha quedado dormido sobre el volante. Continúo caminando. Casi no hay luz, es como entrar a un túnel. El miedo desaparece y mis pasos se suceden sin pensar. Ya casi llego. Estoy segura que la siguiente vez que lo haga no tendré tanto miedo. Corto por el parque, está aun más oscuro, los árboles me recuerdan otros lugares y me voy detrás del recuerdo. Camino más lento, hasta lo he empezado a disfrutar. Otro auto se detiene. Tal vez algo de compañía sea una buena idea.

27.10.05

Aceptó

Parece ser que aceptó la invitación porque aquí está. La vi en la pared de mi cuarto, era una pequeña mancha desafiando la gravedad. Creo que aceptó de buena gana porque el otro día la vi salir por debajo de la puerta. Tal vez regresó sólo para saludar y me espera en mi cuarto, colgada de una pared.

20.10.05

Caracol

Tengo en mis manos un caracol
es pequeño, casi perfecto.
Tengo, un caracol sin memoria
llegó a escuchar el sonido del mar,
no guardó olas en sus entrañas
no repite las palabras de la eternidad.
El ir y venir, sinfín en un canto profundo,
imposible de describir
como su interminable rizo de sal
como el remolino de este sinsentido.
Un sonido sordo guardado en su interior
deseoso de no ser más silencio.
Este diminuto caracol, insondable caracol
desea ser sonidos, promesas, palabras
por eso, hoy le contaré una historia
y mañana, le contaré otra y otra,
así será cada día
hasta el fin de los tiempos
él no sabrá si mis historias son ciertas o no,
las guardará en su interior,
será memoria
me guardaré en su espiral,
como el sonido de las olas
que se extraviaron en el camino.

16.10.05

Visitante

I. Afuera
Toma el sol plácidamente, no a cucharadas ni a traguitos, deja que se le meta por la piel (como mejor resulta), lentamente, calentando su ser. Mientras, practica "lagartijas".

II. Sigue afuera
Camina por el barandal, es intrépida. Busca algo, no sé qué, se desliza con la seguridad de quien sabe que algo o alguien la espera. Uno, dos, tres...hacia un lado, cuatro, cinco, seis...regresa al punto inicial. Lagartijas de nuevo. Definitivamente, parece estar esperando algo grande. Es impaciente y disfruto verle.

III. Adentro
No sé cómo diablos lo logró. La maldita lagartija está dentro de mi casa. Camina como lo hacía hace rato, pero ya no sobre ningún barandal, ahora se desliza de un lado a otro de la ventana, trata de salir. Pega su cuerpo al vidrio, como si fuera posible desmaterializarse sólo por el deseo (si lo logra, lo probaré de inmediato).

IV. Adentro
Tal vez no sea mala idea que viva conmigo, al fin de cuentas comida nos sobra: entre grillos y arañas tiene para alimentarse un rato. Si no encuentra la salida en la próxima media hora, la declararé invitada oficial. Tendrá permiso de pasear por toda la casa y gozará de inmunidad diplomática.

IV. Adentro
Es bella, tiene unos enormes ojos negros, un cuerpo larguirucho y flexible, patas con dedos elegantes y pegajosos y, lo mejor, una larga y delgada cola que armoniza perfectamente con el resto de su cuerpo. Las colas de las lagartijas son bellas, se mueven y hacen cosquillas, nada puede retenerlas si ellas no desean estar, como si solamente fueran eso, una cola, y no lagartija. Maldición, no es buena idea encariñarme con este animal, sufrir su pérdida, cuando finalmente encuentre la salida o sus intentos de traspasar el vidrio tengan éxito.

V. Más adentro.
Ha decidido explorar el mundo. El nuevo mundo. Camina por las paredes y se ha escondido detrás de un poster de Frida Kahlo. Creo que ahí viven un par de arañas, ojalá no sean lo suficientemente grandes. Creo que podré acostumbrarme a su presencia, creo que he deseado su presencia. Las dos, solas, compartiendo este espacio. Suena bien.

2.10.05

No seré testigo

Me guardaré unos días,
tal vez más
no quiero ver el caos
no quiero verlos
caer despacio
morir lentamente,
tanto color, tanta vida,
ahora, desaparecen uno a uno.
No quiero estar ahí
cuando quede sólo el vacío
cuando se escuche sólo el silencio
y extrañe su respiración
y su presencia que tanto me disgustaba,
no estaré, me reuso.
Toquen fuerte, tiren la puerta,
avísenme a gritos
cuando todo termine.
Tal vez, también yo haya desaparecido.

13.9.05

Yo los vi

Desde mi banca de parque tuve la oportunidad de verlos. Espectáculo inolvidable: Dos seres humanos descubriéndose como si nunca antes hubieran tocado una piel, como si nunca hubieran sentido el calor de otro cuerpo.
Se tocaban de a poco, como si tuvieran miedo o estuvieran esperando que el otro se deshiciera o evaporara al contacto de sus manos. Tocaron cada poro como si fuera un territorio inmenso.
Se veían, como nunca antes se han visto los hombres, se conocieron con sus ojos, se tocaron el alma, contaron verdades y mentiras, historias no vividas y deseos escondidos. Inventaron lo que aún no son.
Sus lenguas recorrieron sabores. Probaron y degustaron manjares. Regresaban y andaban, remontando cañadas y valles. Lentos, sin prisa, dos seres humanos se descubrieron en el parque como si fuera la primera vez en la historia del planeta.
Y yo, desde mi banca de parque, los vi.

5.9.05

Rapunzel




Rapunzel lo vio venir a lo lejos.

Rapunzel lo vio bajarse de su caballo. Era hermoso. Definitivamente era el príncipe más apuesto que había llegado hasta esa torre para rescatarla.

Rapunzel lo escuchó decir algo:
-Rapunzel, amada mía, lanza tus cabellos de oro. Así podré subir a la torre y te rescataré de ese encierro en el que te ha mantenido el terrible ogro del bosque.

Rapunzel no escuchó lo que él dijo, pero lo supuso, todos gritaban lo mismo. Aunque hacía mucho tiempo que nadie intentaba rescatarla. Ya no recordaba cuánto tiempo había pasado desde la última vez. Tanto deseó escapar de esa torre.

Rapunzel intentó trenzar su cabello. Tenía tanto tiempo sin cepillarlo, los nudos que se habían formado impedían la labor.

Definitivamente era difícil ser Rapunzel. La fama de su cabello se había extendido por todo el reino. Los primeros años no había logrado escapar porque su cabello no era lo suficientemente largo para llegar hasta la base de la torre. Así que esperó. Ya crecería. Ella lo cepillaba constantemente, lo cuidaba y arreglaba esperando por un príncipe, no importaba realmente qué príncipe, ni que fuera apuesto o gobernara un reino, ya lo único que importaba era que finalmente la rescataría.

El tiempo pasó y los príncipes dejaron de acudir con la frecuencia que solían hacerlo. De vez en cuando, alguno se aventuraba. Ella lanzaba su trenza pero ellos no la alcanzaban.

Rapunzel desesperaba y conforme pasaba el tiempo, perdió la cuenta de los meses y los años, mientras tanto, su cabello crecía.

Era complicado peinar y trenzar esa larga cabellera a diario. Dejó de hacerlo tan a menudo. Lo hacía solamente cuando no encontraba arañas que contar o sueños que alejar. Para su suerte, Rapunzel encontró utilidad a su cabellera. Se cubría con ella cuando tenía frío. La utilizaba para limpiar el piso de su torre. Incluso, intentó hacer un columpio, pero resultó ser una idea dolorosa.

Esta vez sería distinto. Durante años lo había dejado crecer, sería imposible que no llegara a la base de la torre para que ese apuesto caballero pudiera subir hasta donde ella se encontraba. Así tenía que ser: él la rescataría y serían felices para siempre.

Los minutos pasaron, las horas pasaron, y ella no lograba deshacer los nudos; no encontraba la manera de lanzar su trenza por la ventana, además, la falta de cuidado era evidente: su cabello se había vuelto quebradizo y no tenía el brillo que solía tener.

Cuando después de varias horas lo logró, el príncipe estaba a punto de marcharse. El apuesto galán tomó la trenza y comenzó a escalar hacia la torre en donde la bella y célebre Rapunzel se encontraba cautiva.

El final de esta historia apareció en el diario del reino. El saldo de aquel frustrado rescate fue un príncipe muerto. Falleció casi instantáneamente tras la caída desde las alturas, cuando la trenza del descuidado cabello de Rapunzel no soportó el peso y terminó por romperse. Dejando a una desconsolada princesa, con un mal corte de cabello, atrapada en una torre, quizá, por toda la eternidad.

29.8.05

Lo efímero de lo efímero


No me gustó. No me gustó nada entrar ahí y ver cómo de un día para otro desaparece una propuesta y se llenan los muros de imágenes y colores que no contienen nada, que no reflejan sino poca imaginación y creatividad.
Desaparecen las fotos de los personajes y sobre ellas unas fulanas a medio vestir, sonrientes, muestran sus atractivos como en un taller mecánico.
Lo que más me dolió fue darme cuenta que así es. Nada importa y no existe la memoria. Poco importa quién haya pasado por aquí si nadie lo recuerda.
Así es, aunque me duela y no me guste. Dentro de poco, todo quedará cubierto de una propuesta sin propuesta, de unas ideas que no existen y de una neblina que arrasa con todo y se lleva la memoria consigo, poco importa si nuestra memoria es así, efímera.
Creo que me he vuelto grande, creo que me limitaré a observar y a esperar mientras desaparezco, pero tenía que decirlo, aunque sólo sea para mí.

14.8.05

Hacia ti



Así, transformándome en lo que soy, dejo atrás los grises para tomar mi verdadero color, la noche me dirige desde hace más de doce lunas. Lentamente, abandono mi antigua piel que al contacto con el agua se transforma, se vuelve un espejismo. De mi espalda brotan los sensores que me indicarán el camino, los mismos que atraerán a los predadores. Practicaré las lecciones de abandono y camuflaje sin éxito, entonces, tal vez me decida por métodos más efectivos, deshaciéndome de todo aquel que envidie la sola idea de nuestro encuentro nocturno.
Tú no lo sabes, duermes plácidamente mientras me deslizo entre las aguas, transformo mi figura una y mil veces y tu visión a la distancia me indica que te has evaporado. El tiempo y la noche, serán las coordenadas al iniciar el crepúsculo, la profundidad, el territorio. El amanecer, antiguamente mi aliado, ha decidido darme la espalda, sin embargo, ignoro sus intentos paralizantes y me sumerjo en tu ensueño. Inundándote poco a poco, espero que al abrir los ojos, mi cuerpo deslizándose sobre el tuyo, te invite a navegar conmigo.

10.8.05

En silencio hacia tu cuerpo desnudo

En silencio.
Innecesarias, se esconden las palabras,
estelas de historias incompletas
pido que nos abandonen.
Sólo necesito tu cuerpo vigilante,
tenso, acechando;
sólo necesito tu cuerpo desnudo.
Acercarme sin prisa, tocar
tu piel;
padecer la descarga de iones flotantes,
cerrar para siempre los ojos, abrir los sentidos,
guiarme por tu aroma.
Morir.
Moriré junto a ti esta noche
(sobre ti, dentro de ti, debajo de ti, cerca y lejos de ti)
encuentro de trayectorias en el universo,
ningún indicio si volverá en un siglo a repetirse;
abrazaré tus ganas de mi a fondo
mis ganas de ti dejaré sobre la almohada.
Al despertar, te habrás marchado,
encontraré esparcidos los vestigios.
La estela de tu olor justo donde estuviste,
la escena del crimen que no cometí,
la prueba de tu paso por mi vida,
y al despertar, habré soñado
que la noche cubrió unas horas mis ojos insomnes
y el deseo germinó, salpicando en tu cama
dos gotas, como retazos, colgando del cristal
y el reflejo de dos cuerpos
en silencio,
inmóviles,
sumergidos en un perpetuo repetirse,
soñándose eternos por un instante.
Imaginándose, viviéndose,
siéndose en una sola órbita.
Y luego, morir.

4.8.05




¡MIOS! ¡MIOS!

2.8.05

Lluvia

Ese hombre se ha detenido en la esquina. No se mueve. Parado en su oreja izquierda intenta cubrirse de la lluvia detrás de un poste. No lo logra. Sus extremidades flotan y crecen cada vez más. Pareciera ser un efecto pluvial. Sus brazos han comenzado a enredarse en el poste y de sus dedos brotan unas pequeñas hojas de color morado. Es un bello espectáculo. De sus pequeñas hojas escurren gotas de lluvia y de sus ojos una especie de llanto morado guardado durante siglos. Se ha cansado de vivir y la lluvia lo revive a cada instante.

29.7.05

¡Ups!



Y el mundo se fue por el caño...

26.7.05

Domestícame II



-¿Jugar contigo? No..., no puedo-dijo el zorro- Aún no estoy domesticado.
Si me domesticas, me haces tuyo, me visitas, me regalas, me vuelvo único para ti...entonces, seré tu amigo y podremos jugar. Antes, no. Domestícame.

-Mira que listito este zorro...bien zorro que salió. "Te doy si tu me das" ya lo había escuchado antes, -dijo el Principito. No, no se vale quererme convencer de esa manera de que te domestique y me haga responsable de ti. -¿Qué no te sabes la historia?, ¿no sabes por qué estoy aquí? - Vine huyendo de una flor muy mandona. Que si riégame, que si cúbreme, que si el sol, que si esto o lo otro. No pude más. Así que una mañana simplemente me fui. La dejé sola, sé que hice mal, pero ese planeta era demasiado pequeño para los dos. Y ahora tú sales con que me acerque poco a poco, te visite todos los días a la misma hora, te traiga algún regalo, que vuelva todo esto un ritual, todo para que al final quieras jugar conmigo. Estás muy equivocado si piensas que haré todo eso sólo por jugar contigo. Mejor me voy de este planeta a donde haya otros zorros o flores, o lo que sea, más "openminded" y simplemente acepten ser mis amigos sin esperar nada a cambio.

-Adiós -dijo el principito- y se fue. El zorro solamente se quedó en silencio. No pudo dar todo ese discurso que tenía preparado acerca de la amistad y de la satisfacción que da el necesitar y ser necesitado. No, todo eso había quedado atrás. El Principito entró a un cibercafé y compró un Tamagochi por internet, es más, encontró una oferta y consiguió que le enviaran dos por el mismo precio. Una persona a su lado compraba una mona de silicón para sus noches solitarias y una tímida dama en la esquina daba un nombre falso mientras hacía el pedido de varias réplicas masculinas en distintos materiales y texturas.

Afuera, el zorro se desdibujaba. Nadie lo visitaría ni pretendería acercarse poco a poco. No podía entrar a buscar un amigo en internet, ya que el letrero en la puerta claramente decía: "no se admiten animales", aunque adentro un zoófilo se excitaba con algunas imágenes encontradas en la página de Animal Planet. Se asomó de nuevo por la ventana, esperando ver si el Principito había, tal vez, cambiado de opinión. Alcanzó a ver como el que pudo haber sido su amigo, sostenía una animada conversación en un chat con un tipo que en ese momento tomaba el nick de "zorro".

18.7.05

espero por la lluvia

Anoche esperé, esperé por horas, realmente deseaba que la lluvia llegara. Hablé con el viento que tanto la anunció, le pedí que trajera esas nubes hasta acá. Que las posara sobre el lugar en que me encontraba y que dejara caer esas gotas que tanta falta nos hacen para limpiar los recuerdos y el humor que el calor genera.
Necesitaba un respiro, un aire limpio que se llevara ese estado de ánimo que últimamente ronda por aquí, quería volar junto con las hojas y esas bolsas que alguien descuidadamente dejó en la calle y con las que el viento se divertía. Solamente hizo eso, jugar, jugó con las hojas, con las bolsas y con mis sentimientos. Tuve una conversación seria con él, incluso tuve que cerrar los ojos para evitar que la tierra, con la que también jugaba, entrara a mis ojos. Me mintió, dijo que traería la lluvia, lo prometió. No cumplió.
Desperté sentada en la banqueta, esperando. No sé cuánto tiempo habrá pasado, una hora tal vez. Estaba cansada y deseaba mojarme bajo la lluvia. Tal vez brincar en un charco y sentir como se llevaba todo.
La lluvia lava y se lleva todo con ella. Nos deja nuevos, listos para un nuevo encuentro, para empezar de nuevo.

16.6.05

Evidencia física

- ¿Una canción?
- Mmm...no. No tenemos una canción.
- ¿Una fotografía?
- No. Ni un sólo registro gráfico.
- ¿Una flor? Una flor sí debe haber.
- ¡Ja! No. Ni una sola flor.
Ni papelitos de chocolates, chicles o dulces.
- ¿Una carta de amor, al menos?
- Tampoco. No exise una sola palabra escrita.
Ni siquiera una servilleta con su número.
- Entonces ¿cómo diablos piensas comprobar que el tipo existe?
- Por esta cicatriz. ¿La ves?
Fue del día que con un bisturí, pacientemente, me extrajo el corazón
mientras dormía.

8.6.05

El cerebro nublado por el calor

El verano puede paralizar casi cualquier cerebro. Las personas caminan de un lugar a otro, en sus caras claramente se ve que no tienen la más mínima idea de a dónde van o por qué se dirigen a ese lugar. El calor les nubla la mente y, entonces, sólo caminan, tienen la idea de que finalmente llegarán a un sitio y con suerte será el que ellos buscaban.

Los observo. Sus ojos literalmente salen de sus cuencas, no pueden ver por el efecto del espejismo. Sus bocas medio abiertas tratan de controlar la temperatura interna y las gotas corriendo por su frente sudan los recuerdos de meses de clima apasible. El verano llegó y no existe un espacio en este lugar que nos resguarde de él.

Busquemos enterrarnos y permanecer escondidos bajo la humedad de un sahuaro. Me platicarás historias de tus antepasados, algunos sueños y, tal vez, también me cuentes de aquella vez que intentaste cruzar la frontera. Yo te contaré historias que no aprendí en la escuela, las que me invento cuando veo a la gente caminando por la calle, derritiéndose bajo el sol de esta tierra, me imagino sus nombres, lo que hacen y qué motivo los tiene bajo esta tortura climatológica, tal vez te cuente de ellos. Sí, y también escucharé tu respiración cuando te vayas quedando dormido y mis historias comiencen a evaporarse. Mientras tu y yo permanecemos enterrados, esperando que la tierra gire, el sol nos acaricie más suavemente, el verano pase y cientos de almas se derritan sobre nosotros.

3.6.05

A veces se caen las pelotas

Una, dos, tres pelotas
parece fácil, verdad?
lanzas una...
así, mantenla en el aire
de una mano a otra,
de una mano a otra...
lento
de una mano a otra
pon otra más
y otra más
y otra más
y otra más
y otra...
no importa
a veces se caen.

31.5.05

ya no me acordaba

Hoy fui a una despedida de soltera, hacía mucho que no me sentaba en una mesa con puras mujeres, todas adultas, hacía mucho que no escuchaba esas pláticas, la importancia de las dietas, la desatención de la pareja, los problemas, hacía mucho que no me sentaba y participaba así, ya no me acordaba... me acordé de mi y de las cosas que ya no me importan.

Mira de qué forma

Mira de qué forma, lentamente y en silencio, te has convertido en la sección principal de mi diario querer. Y ahora, que formas parte de las noches y de algunos días; que apareces convertido en deseo, en sonrisa y en silencio, dime qué hago para navegar por la incertidumbre de ya no ser más yo y de no tener un nosotros, de descubrirme charlando con lo que pudiera ser y con este deseo suicida de convertirme en todo lo que puedo acontecer; para navegar en tu mar sin perder el rumbo, solamente guiada por tus señales a distancia, las que haces para confundirme a propósito, sólo para saber si aquí sigo, si no me lanzo a la orilla, alejando tu hablar calmado, tu beso lento y profundo y tu abrazo que no se atreve a ser completo.

30.5.05

Sentencia

Te sentencio, a buscar el sentido correcto
te sentencio, a sentir la imposibilidad
perdido siguiendo una idea
desesperado, detrás a un gerundio hiperactivo
que no termina de llegar y se marcha a cada instante
cantando y burlándose de tu frustración.

Te sentencio a perder el sentido
mientras se borra el pasado en tu memoria
consumirte deletreando dos vocablos
que al decir blanco o fantasma nada venga a ti
trastocando los límites de la locura.

Serás un ente sin palabras
inexistente, eso serás
desapareces detrás o dentro de una botella
consumiendo lo que resta de oxígeno
hasta verte convertido en un simple borrón
del que nadie se acordará.

17.5.05

Las mentiras brotan de ti
nada existe,
nada que tu nombres existe,
nada que tu sientas existe,
los colores de un atardecer
que inventaste sin haber visto el cielo;
la sensación de un pie sobre
la hierba húmeda, no la conoces.
Eres un inventor de existencias.
No recuerdas quién durmió junto a ti
esta noche, no conoces su nombre,
sin embargo le inventarás uno,
pondrás palabras detrás de su boca
y se convertirá en un personaje.
Jamás olvidas a los personajes,
son tu creación, detrás de tu mundo
imaginario, pleno de mentiras.
Inventor de mentiras inimaginables,
detractor de los colores, sin sentido.

El universo, miles de universos
han sido creados por ti y cada uno
de tus iguales.
Cada universo girando sobre su propio eje,
su propio inventor,
miles de universos
girando,
chocando unos con otros,
caos.
Todos nosotros girando
sobre mil y un universos creados
para personajes,
no tenemos cabida,
cruzamos nuestros caminos,
nos desdibujamos detrás de una invención,
se apropia de mi pensamiento,
los ojos de aquella joven,
el caminar siniestro del farmaceútico,
los deseos del maniático del cine.
Has robado nuestro mundo,
hemos desaparecido,
mundos superpuestos nos asfixian.
Te descubrí antes de que tu personaje,
ese que creaste para aniquilarme,
pudiera lograr su cometido.

Caída a mil kilómetros por (sin tiempo)

Caigo,
cierro los ojos
y caigo,
esto no se detiene
no se parece al túnel de Alicia,
caida infinita.
Tengo miedo.

Lo escribí mil veces,
lo he vivido mil veces más,
hay mil personas cayendo en este instante
una detrás y dentro de la otra.
Ésta, sin embargo,
es mi caída,
mi miedo.

Miedo a que no termine jamás,
a disfrutar el vacío
y terminar por hastiarme y desdibujarme en él.

Por favor, has que esto termine.
Te odio.
No encuentro el instructivo.
Sólo sé cerrar los ojos,
sólo sé caer.
Infinito.

Más profundo que el terror de quien te encuentra,
sin color, en este espiral.
Es muy triste así,lo sé.
Nadie tomó mi mano,
yo caí.
Cerré los ojos
y caí.

Festín

Después de la lluvia
(la que imaginé
no la que no cae, porque no existe)
este espacio quedará húmedo
los corales navegantes de profundidades
los meteoros cíclicos del renacimiento
y los gusanos que comieron tus ojos
se reunirán a charlar.

Un castigo divino:
no tendrán nada de qué hablar
silencio
olvidaron las palabras en su escritorio
dentro de ellos no existe una sola idea
los gusanos emprenden la huida
buscan otro muerto
los corales vuelven al fondo de ti
los meteoros se adivinaron completamente inútiles
anacrónicos
murieron de vergüenza
se los comieron los gusanos.

6.5.05

Mar Adentro

Ramón Sampedro


Mar adentro, mar adentro
y en la ingravidad del fondo
donde se cumplen los sueños
se juntan dos voluntades
para cumplir un deseo
un beso enciende la vida
con un relampago y un trueno
y en una metamorfosis
mi cuerpo no es ya mi cuerpo
es como penetrar al centro del universo
el abrazo más pueril
y el más puro de los besos
hasta vernos reducidos
en un único deseo
tu mirada y mi mirada
como un eco
repitiendo sin palabras
más adentro, más adentro
hasta más allá del todo
por la sangre y por los huesos.
Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto
para seguir con mi boca
enredada en tus cabellos.

3.5.05

Ya no llores

No sé quien lo dijo, o si alguien siquiera lo dijo. Sólo sé que alguien debió haberlo dicho porque siempre es así.

Anoche te escuché llorar, pensé que tal vez era parte de un sueño, el tuyo o el mío, pero tu sollozo me despertó y supe que no soñaba, y que tu llanto (bajito, muy bajito y triste, muy triste) era real. Escuché un momento. Me levanté, me metí en tu cama. Te dije: hazme un campito y me quedé ahí. Te abracé y creo que me quedé dormida cuando ya no escuché llorar más. La verdad es que tenía mucho sueño y no podía decir gran cosa.

Quiero poder entender de qué tamaño fue la desilusión que viviste. Día del Niño. Tú querías que estuviera contigo, que te demostrara lo importante que eres para mí y a cambio, recibiste una espera. Tu mamá no estuvo contigo, es todo lo que tú podías entender. Por el motivo que fuera, no estuve contigo. Las razones que yo tenga no son importantes. Me hiciste saber lo molesta que estabas. En el momento en que por fin estábamos juntas, con la posibilidad de hacer lo que tu desearas, cometí un error, pequeño o grande, fue un error.

¿Cambiará esta noche el destino de nuestras vidas? No lo sé, espero que no sea así.

En este momento debes pensar que no eres lo suficientemente importante como para que tus papás dejen todo para estar contigo. Y así debería ser, lo sé. Sin embargo, eres lo más importante en mi vida, el centro y la fuerza de gravedad. El motivo de rotación y el sentido de la traslación. La paz y el caos que me hacen saber que estoy viva. La cascada que espero escuchar cuando la risa se mete dentro de ti. La mano que aprieta mi dedo pulgar y no necesita decir nada más.

Vayamos por una nieve, y tendrá una cereza que lo hará especial (tú lo haces especial). No habrá nada más. No permitiré que termine la infancia. Me darás tu mano. Acabaremos con toda la nieve del planeta, nos sentaremos, cada una con una cuchara y no pararemos hasta que nos duela la panza.

28.4.05

Tiempo de pecar

No se pueden cometer pecados a destiempo,
los pecados no tienen tiempo.
Se gestan a sí mismos.
Sólo tienen ese momento para existir.
Una vez que se engendran, mueren.
Un instante.
Sin embargo, una vez sumergido en él,
el mar del pecado, el placer del pecado,
todo queda atrás,
el tiempo se olvida, no existe.
Siempre es tiempo para pecar.
Así que no necesitas tu reloj.

27.4.05

Sin miedo

Voy a cerrar los ojos,
tal vez así
logre espantarlo
tal vez cuente
uno, dos, tres...

Nada,
no pasó nada.

Lo intentaré de nuevo.

Uno, dos, tres...

Archivo del Blog