10.8.05

En silencio hacia tu cuerpo desnudo

En silencio.
Innecesarias, se esconden las palabras,
estelas de historias incompletas
pido que nos abandonen.
Sólo necesito tu cuerpo vigilante,
tenso, acechando;
sólo necesito tu cuerpo desnudo.
Acercarme sin prisa, tocar
tu piel;
padecer la descarga de iones flotantes,
cerrar para siempre los ojos, abrir los sentidos,
guiarme por tu aroma.
Morir.
Moriré junto a ti esta noche
(sobre ti, dentro de ti, debajo de ti, cerca y lejos de ti)
encuentro de trayectorias en el universo,
ningún indicio si volverá en un siglo a repetirse;
abrazaré tus ganas de mi a fondo
mis ganas de ti dejaré sobre la almohada.
Al despertar, te habrás marchado,
encontraré esparcidos los vestigios.
La estela de tu olor justo donde estuviste,
la escena del crimen que no cometí,
la prueba de tu paso por mi vida,
y al despertar, habré soñado
que la noche cubrió unas horas mis ojos insomnes
y el deseo germinó, salpicando en tu cama
dos gotas, como retazos, colgando del cristal
y el reflejo de dos cuerpos
en silencio,
inmóviles,
sumergidos en un perpetuo repetirse,
soñándose eternos por un instante.
Imaginándose, viviéndose,
siéndose en una sola órbita.
Y luego, morir.

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