5.3.09

Nakata en el solar

Sigue Nakata dando vueltas, creo que no se irá. Nakata es un personaje, lo sé. ¿No existe? Quizá ésa sea la magia de la Literatura, porque yo lo extraño. Extraño su paciencia, su infinita paciencia, y la forma en que acepta las cosas como vienen y al mismo tiempo mantiene un asombro constante.

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He encontrado unas bellas ilustraciones de Leila Ketty, las tomé prestadas. Quise traer un poco de Nakata hacia acá. Leila hizo un bello trabajo ilustrado basado en Kafka en la orilla, pueden verlo aquí.

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Nakata se sentó aquella mañana en el solar y esperó. Nakata observó y esperó. Nakata charló con los gatos del solar y esperó. Esa mañana, sentada en el solar, me enamoré de Nakata.



La gatita blanca de mi amiga Eva ha desaparecido, y yo quisiera decirle, hay que buscar a Nakata, seguro él puede ayudar a encontrarla. Nakata iría por ahí, preguntando a los gatos si han visto a la gatita de Eva, ellos le darían pistas y él la encontraría. Sí, Nakata encontraría a la gatita, y una noche tocaría a la puerta de Eva y le diría: “Señorita Eva, Nakata ha encontrado a su gatita. Nakata no sabe muchas cosas, pero ha preguntado a los gatos del barrio y ellos ayudaron a Nakata a encontrarla. Le puse un nombre para no olvidar, espero no le importe, Nakata no es muy inteligente y necesita darle un nombre a los gatos.”

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Nakata hablaba con los gatos y ellos eran amables con él. Nakata cambió la idea que tenía de los gatos. A partir de Nakata, cada vez que veo un gato me pregunto si será medio loco como Kawamura (Si no ata, caballa, encuentra. Si encuentra, ata. Sería algo que podría decir Kawamura), si será un gato culto como Mimí o si estará extraviado, como Goma.



Nakata es, para mí, una síntesis de esa atmósfera que crea Murakami, en donde la realidad y la irrealidad conviven sin una frontera clara. Un mundo propio de ambiente nostálgico, sencillo y silencioso. A Nakata le sucedían las cosas más extrañas y él no las cuestionaba, simplemente las vivía. Escuchaba su voz interior, no era un hombre que supiera muchas cosas y al mismo tiempo tenía el conocimiento vivo en él.




Yo estuve como Hoshino el fin de semana, extrañando a Nakata. Con ganas de decirle: "Hey, Nakata, despierta." Con ganas de que leerlo decir: "Lo siento, Nakata estaba cansado, necesitaba dormir. Pero ahora Nakata se siente bien."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dile por favor a Nakata que espero su toc-toc. Mi otra bebé y yo extrañamos a la bebé-gatuna, estamos tristes.
Gracias

la natalia dijo...

que bellas ilustraciones!
por supuesto fabuloso escritor...

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