18.2.10

Tagless

Me despierto a media noche y, decidida, busco unas tijeras, voy a quitar esa pinche etiqueta aunque tenga que lucir una playera descosida. No lo soporto. Cada vez, desde que me puse esta playera por primera vez me he preguntado lo mismo, por qué, si se tomaron la molestia de hacer un diseño, elegir una tela que no se encoge, agregar una vista que combina y que no se decolora, por qué diablos al momento de coser la etiqueta, no pensaron en el instrumento de tortura que estaban creando. Los he odiado cada vez. Y a mi misma por olvidar y ponerme la playera de nuevo. Quien ha tenido que aguantar horas o, con mala suerte, un día completo sintiendo que una costura, una etiqueta o un hilo lo transforman en un ser miserable que quisiera arrancarse la ropa, entenderá.

3 comentarios:

uma dijo...

Se entiende, se entiende!! Por qué irritarán tanto esos contratiempos cotidianos en pequeña escala?

Dulce Carolina dijo...

Personalmente opte por comprarme un descosedor y cada vez que compro ropa nueva quito todas las etiquetas, nadamas de pensar en los enrojecimientos, se me enchina la piel.

mar adentro dijo...

Buena idea, Dulce...haré lo mismo la próxima vez. Es más, la próxima vez que compre algo, en vez de sólo revisar la etiqueta para buscar si dice lávese en seco o cosas así, también buscaré si la etiqueta se puede arrancar sin dejar rastro ni hilos que se correrán.

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