20.2.10

Layla

Sí, es verdad que he pensado que llegó disfrazada de coneja aunque en realidad es un extraterrestre que viene a explorar las posibilidades de sobrevivir en nuestra atmósfera y su verdadera misión es cavar hasta el centro de la Tierra y extraer muestras de los elementos que componen la corteza terrestre.

Sí, es verdad que se ha dedicado a destruir, que prefiere mis plantas de ornato a su comida y que no existe  barrera que la detenga cuando se ha propuesto llegar a algún lugar.

Esa mañana, hace unos días, cuando descubrí que en su afán por convertirse en escaladora logró subir hasta la más alta repisa y encontró la bolsa, que ni yo misma recordaba tener, en donde guardé las bolitas azules que me salvaron de aquella rata que habitó nuestra lavandería hace un año o más, me di cuenta que la quiero. El veterinario dijo que tenía posibilidades de salvarse si le inyectamos vitamina K durante varias semanas para ayudar a contrarrestar las hemorragias.

Sí, reniego cuando hay que limpiar; sí, a veces, cuando se dedica a destruir no me cae tan bien; pero esta mañana, cuando se acercó saltando y la alcé para revisar si estaba bien, ella se acurrucó en mis brazos. Todo,  estuvo bien por unos segundos: su vida latiendo es valiosa y yo agradezco que esté aquí para cumplir su misión. Te queremos, Layla-topo-excavadora.

2 comentarios:

Lady of Shalott dijo...

yo no tengo conejo pero tengo una perra que se cree cabra y escapista.

a veces no la aguanto que por encimosa, que por sus ladidos supersónicos, que por que se come mis zapatos, etc.

Pero cuando se llega a escapar, y corre y corre y corre como liebre, ahi voy yo detrás de ella, con el corazón en la boca de imaginar que si la atropellan, que si no regresa, que si me la roban, que si se pierde...te entiendo a la perfección.

mar adentro dijo...

ouch...habrá que colgarle un costalito seri a tu escapista Houdini, para que nada le pase, para que cuando decida correr y correr los carros decidan bajar la velocidad, se detengan a buscar algo en la guantera o hagan alto para hacer una llamada y justo en ese momento ella pase, como si nada, y tú la alcances y cuando le hables ella corra hacia ti, como si nunca le hubiera cruzado la idea de escapar.

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