I
La tarde frente al mar, hablar de la vida. Encontrar palabras para hablar de lo cotidiano mientras el sol desaparece y la marea sube. El tiempo no se detiene y en la playa aparece la imagen de ese libro, un hombre que intenta plasmar el principio del mar. Un gran encuentro.
II
Desde la pared, esas imágenes contaban historias salidas del imaginario literario de los espectadores; los personajes intercambian opiniones desde su lugar en la pared. Bartleby dice que preferiría no responder a esa pregunta de Cortázar; Pessoa busca el rostro de la mujer que da la espalda; tímidamente, Kafka observa desde la orilla y cuenta alguna anécdota de la casa Gregorio.
III
Kafka está ahí, tan tímido, tan a la expectativa que pensé: lo quiero. Vamos, le dije, y él respondió que eso era imposible. Creí leer una nota que decía vendido, así que fueron unas sábanas revueltas las que imaginé en mi pared. Esa cama contaba una historia, otra historia, y yo quería escucharla ¿quién estuvo ahí? ¿dónde está ahora? ¿qué recuerdos guardan las sábanas? Quiero escuchar la historia de esa cama con sábanas revueltas.
IV
Imaginé la historia de un balón a sus pies y lo traje a casa. Ahora, Kafka observa y espera el momento para contarla. Kafka junto a Kafka, excelente combinación. Las sábanas tendrán que esperar. Imagino que llego a los pies de esa cama y me recuesto sobre las sábanas, aún tibias; desde la pared, Kafka observa y el joven llamado Cuervo comienza a hablar. Yo escucho.
Venecia López, Kafka en la orilla, 2010.
3 comentarios:
Me gusta la idea de verlo en su nueva casa. A la orilla cálida de tu librero. Las sábanas siguen aquí y su historia, o por lo menos una de ellas, tiene que ver con el mar y una lluvia interminable.
Es bello ver mis cuadros desde tus palabras :)
Gracias.
Chin...creo que ese cuadro es mío, lo puedo apartar y en cuanto me paguen voy por él...así no sentiré que esa historia irá de ahí para allá sin yo saberla...
pues ya está, es todo tuyo. saludos!
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