Mientras escribo esto, ellos terminan de cortarlo. Comenzaron por mutilarlo: primero las ramas más altas después siguieron con el tronco. Han subido las partes en la caja de una camioneta y se lo han llevado.
Esta mañana la calle se siente desnuda, vacía. Puedo ver el cielo y los cables que atraviesan de un lado a otro. Ayer veía sus hojas. Era alto y frondoso. He perdido un poco del verde de todos los días.
No sólo yo he perdido algo. Llega el nieto de mis vecinos del kinder, se para frente a la casa, mira hacia arriba y dice: ¿A dónde se lo llevaron? ¿En dónde está el árbol? Su mamá lo levanta en brazos y se lo lleva. No respondió la pregunta.
2 comentarios:
Miro esa imagen y no pregunto a dónde se lo llevaron... sino que grito que¡me lleva la ch...!
Acciones como esta que se repiten a enésima potencia a dónde nos llevarán?
arbol...
a diario, momento a momento
se complementa con una arida y fria noche
como las ganas de ser amado.
Publicar un comentario