30.11.09

Creo que ya sé

En estos días en que se presentan viajes esperados y de encuentros deseados, no entiendo cómo es que me invade una triste desazón al estilo Les Luthiers o una angustia leve y ligera que vuela y crece conforme pasan los días.

Entre los muchos motivos para que ese hoyo negro se instale dentro de mí para absorber energía, intenciones y vaya dejando un rumor turbulento a su paso está el hecho que este año, por primera vez en mi vida, no voy a poner un árbol de navidad. Parecería que no importa, pero sí importa y aunque me parezco más al Grinch que a Santa Claus, me gustaba todo lo que sucedía cuando ellas y yo nos decidíamos a sacar todas esas cajas para elegir qué adornos colocábamos, las luces, la corona, la estrella, la música, el calientito...

Las voy a extrañar.

4 comentarios:

Everardo Esparza Huizar dijo...

Ya somos dos sin adornos navideños.
Espero que ese incidente dure lo que EL VALS DEL SEGUNDO.
sALUDOS.

Viento Solar dijo...

mira, nada más acuérdate de enero y de cuando tienes que quitarlo... :)

mar adentro dijo...

Buen punto...quitar el árbolito es una de las tareas a las que les saco la vuelta. Ya no duele tanto.

Parece que el fenómeno "no árbol de navidad" es más común de lo que pensaba. Ayer lo platicaba con unos amigos que viven en distintos lugares del país, y de un grupo de 8, solamente 3 pensaban decorar su casa con motivos navideños.

Everardo Esparza Huizar dijo...

Prefiero el árbol, porque con los montones de escombro y arena por remodelaciones en que me embarqué, parece que la decoración de esta madriguera es para representar la crucifixión.Y espero no llegar a enero para desaparecer esta escenografía ¡cof!
¡cof!

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