17.7.09

Crónica de una tarde, que se volvió noche, en el mar

Atardecer. Deseosos de mar. El mar en calma. Buscamos peces hasta que el sol desaparece. Cuidado con los erizos. ¡Mira esa estrella! Peces, muchos peces. Niños que esperan el "rayo verde" y éste no aparece. Junto a la oscuridad, el espectáculo: Noctiluca. Gritos de emoción. Luces que juegan. Horas y horas nadando en un mar de luces. Ella se sumerge y una estela iluminada le acompaña. Un cielo estrellado, un mar iluminado. Una alegría inmensa. Un "te quiero" bajo el agua. La paz dentro y fuera de nosotros. Sonrisas. La sensación de haber vivido algo que jamás vamos a olvidar. Llevamos luces en el alma.

2 comentarios:

Everardo Esparza Huizar dijo...

Las estrellas también gustan de nadar en el mar con su traje de luciérnagas marinas.

Sandokán dijo...

Me parecé muy bonito todo

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