Me he preguntado si a nuestros funcionarios les gusta salir de vacaciones, supongo que la respuesta es sí, con lo que ganan seguro pueden apuntar la brújula a donde les dé la gana. El problema es, supongo, que su brújula debe apuntar siempre hacia el norte, de otra forma simplemente no comprendo qué es lo que pretenden cuando tiran un edificio tras otro con el fin de convertir esta pequeña ciudad en una copia diminuta de las modernas urbes que ellos suelen visitar. Tal vez es tanto su deseo de vivir en el vecino país norteño para ir de compras cada vez que se sientan deprimidos o quieran entretener a su familia, que han comenzado por crear la escenografía y su plan de desarrollo para el próximo sexenio, será el establecimiento de franquicias gringas a diestra y siniestra .
Supongo que quien no conoce su historia difícilmente tiene una identidad. Así que, suponiendo nuevamente, quiero creer que nuestros ilustres funcionarios nunca platicaron con sus abuelos y por lo tanto no sienten ningún apego o reprobaron la materia de Historia porque nunca asistieron a clases y sólo les bastó con prometer a sus maestros algún apoyo cuando unos fueran los dirigentes y los otros siguieran siendo maestros de Historia. Pareciera que tienen un empeño por desaparecer todo lo que les recuerde la Historia o parezca viejo.
Tengo algunos años viviendo en Hermosillo, y creo que el único edificio que se ha restaurado fue el de la Sociedad de Artesanos Hidalgo, porque pertenece a la Universidad de Sonora, de otra forma ya lo hubieran tirado o convertido en Oxxo o en antro. Fuera de ése, he visto cómo caen, uno tras otro, las casas y edificios en donde tal vez habitaron o comerciaron los abuelos de nuestros ilustres gurús del desarrollo. Fue la sociedad civil la que impidió que la Escuela Cruz Galvez fuera convertida en un centro comercial, y la que padeció la imposición y el autoritarismo cuando se opuso a la destrucción de uno de los pocos parques públicos. Quisiera aclarar que no estoy en contra del desarrollo ni soy, como alguna vez me dijo un alumno al que respetaba mucho (hasta ese momento) cuando hablábamos del parque de Villa de Seris, retrógrada, al contrario, creo que en esta ciudad habitan personas suficientemente inteligentes como para proponer soluciones prácticas y al mismo tiempo conservar la memoria histórica e identidad de esta ciudad. Una ciudad que padece pues sus habitantes la obligan a olvidar lo que alguna vez fue.
No sé si a ustedes les suceda lo mismo, pero cuando viajo a otras ciudades y alguien me lleva a conocer lo más valioso de la ciudad, normalmente es el centro histórico a donde nos dirigimos. En todos lados hay programas de restauración de parques, casas y edificios, se crean espacios para compartir y departir, mostrar a los otros lo mejor de la cultura local y apreciar lo que llega de lugares lejanos, y no necesariamente es en el sur del país, también sucede en el norte. Eso no sucede en Sonora, todo lo contrario. En Hermosillo se derrumban las casas viejas, privilegiando la comodidad del automovilista. En lugar de proponer proyectos que disminuyan el tránsito y el uso del automóvil, se tiran cuadras completas para ampliar las calles y construir puentes. En vez de ser congruentes con los programas educativos, se busca el beneficio de unos cuantos y se olvida el pasado. Estoy triste, ver en qué se está convirtiendo Hermosillo, me entristece.
Hace algunos años, se colocaron estacionómetros en el primer cuadro de la ciudad, la justificación fue que con lo recabado se reunirían fondos para dar forma a un proyecto de rescate y restaurar los edificios dañados. La propuesta era crear las condiciones para dar un giro cultural a los espacios. Quiero creer que ese proyecto quedó atrás, al paso que van, en el próximo sexenio terminan con todo lo que queda. No sé si a alguien más comparta este sentimiento, pero ahora que regresé de viaje y pasé por el centro, me quedé sin palabras, estoy triste. Veo a hombres y máquinas destruir cuadras completas y me duele. Me siento impotente y me asusta pensar en qué más estarán pensando destruir.
Supongo que quien no conoce su historia difícilmente tiene una identidad. Así que, suponiendo nuevamente, quiero creer que nuestros ilustres funcionarios nunca platicaron con sus abuelos y por lo tanto no sienten ningún apego o reprobaron la materia de Historia porque nunca asistieron a clases y sólo les bastó con prometer a sus maestros algún apoyo cuando unos fueran los dirigentes y los otros siguieran siendo maestros de Historia. Pareciera que tienen un empeño por desaparecer todo lo que les recuerde la Historia o parezca viejo.
Tengo algunos años viviendo en Hermosillo, y creo que el único edificio que se ha restaurado fue el de la Sociedad de Artesanos Hidalgo, porque pertenece a la Universidad de Sonora, de otra forma ya lo hubieran tirado o convertido en Oxxo o en antro. Fuera de ése, he visto cómo caen, uno tras otro, las casas y edificios en donde tal vez habitaron o comerciaron los abuelos de nuestros ilustres gurús del desarrollo. Fue la sociedad civil la que impidió que la Escuela Cruz Galvez fuera convertida en un centro comercial, y la que padeció la imposición y el autoritarismo cuando se opuso a la destrucción de uno de los pocos parques públicos. Quisiera aclarar que no estoy en contra del desarrollo ni soy, como alguna vez me dijo un alumno al que respetaba mucho (hasta ese momento) cuando hablábamos del parque de Villa de Seris, retrógrada, al contrario, creo que en esta ciudad habitan personas suficientemente inteligentes como para proponer soluciones prácticas y al mismo tiempo conservar la memoria histórica e identidad de esta ciudad. Una ciudad que padece pues sus habitantes la obligan a olvidar lo que alguna vez fue.
No sé si a ustedes les suceda lo mismo, pero cuando viajo a otras ciudades y alguien me lleva a conocer lo más valioso de la ciudad, normalmente es el centro histórico a donde nos dirigimos. En todos lados hay programas de restauración de parques, casas y edificios, se crean espacios para compartir y departir, mostrar a los otros lo mejor de la cultura local y apreciar lo que llega de lugares lejanos, y no necesariamente es en el sur del país, también sucede en el norte. Eso no sucede en Sonora, todo lo contrario. En Hermosillo se derrumban las casas viejas, privilegiando la comodidad del automovilista. En lugar de proponer proyectos que disminuyan el tránsito y el uso del automóvil, se tiran cuadras completas para ampliar las calles y construir puentes. En vez de ser congruentes con los programas educativos, se busca el beneficio de unos cuantos y se olvida el pasado. Estoy triste, ver en qué se está convirtiendo Hermosillo, me entristece.
Hace algunos años, se colocaron estacionómetros en el primer cuadro de la ciudad, la justificación fue que con lo recabado se reunirían fondos para dar forma a un proyecto de rescate y restaurar los edificios dañados. La propuesta era crear las condiciones para dar un giro cultural a los espacios. Quiero creer que ese proyecto quedó atrás, al paso que van, en el próximo sexenio terminan con todo lo que queda. No sé si a alguien más comparta este sentimiento, pero ahora que regresé de viaje y pasé por el centro, me quedé sin palabras, estoy triste. Veo a hombres y máquinas destruir cuadras completas y me duele. Me siento impotente y me asusta pensar en qué más estarán pensando destruir.
2 comentarios:
Tambien lo veo con tristeza...
Cuantas cosas de nuestro Hermosillo antiguo se estan perdiendo en "aras de la modernización y el progreso" Ideotas de los idiotas políticos.
De nuestro centro histórico que nos queda... de nuestro centro de la ciudad... de los sitios de interés o de aquellos dignos de visitar.. o como dices tú para mostrarselos a las visitas que tengamos y que sean de fuera de la ciudad.
Pero no solo el conflicto es de los políticos, los mismos ciudadanos somos observadores pasivos e inactivos ante esta sarta de atrocidades que hacen los que mandan en el poder y nos quedamos asi, solo manifestandonos a forma de cotilleo , mas nunca como una verdadera razón de defensa.
Participe en las movilizaciones por la defensa del parque de Villa de Seris y era triste tambien el ver, que a cada reunión asistía menos gente a manifestar su inconformidad , solo los principales dirigentes del movimiento eran los que levantaban la voz y los demas... seguiamos pasivos. La gente que se acercaba a "ver que pasa" no se quedaba a escuchar a los manifestantes solo daban la media vuelta al saber que eran los "enfadosos del parque, que siguen neceando por algo que se va a hacer, por los bachoco del gobernador"...
Y a veces es mas triste aun que, aun invitando a la gente a participar, asistir,convivir con nuestros amigos o familia al descubrir nuestra ciudad mejor optemos por irnos solo al café , al antro de moda, al cine o la sauceda ahora que hace calorcito) o solo nos quedemos en casa, sea la unica forma de diversión que encontremos la mayoría de los hermosillenses.. y nos alejemos de nuestros museos, plazas y lugares culturales... Los pocos que nos han dejado las ultimas administraciones .
POR ESO Y NO VOTO jejeje y aunque me digan que eso es peor, no me siento tan cómplice de las estupideces de quienes toman las desiciones.
UN SALUDO
Tienes mucha razón. Sobre todo en los espacios para los automóviles. Me molesta muchísimo que la ciudad no esté pensada para peatones, sino para los carros. Hay partes donde definitivamente no puedes caminar porque no hay banqueta! todo es calle! También me llama la atención lo que dices del centro histórico, nunca lo había pensado. No sé por qué les funciona un poco más la cabeza a los gobernantes del centro y sur del país que a los que "trabajan" aquí.
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