2.4.09

Historias de lobos para arrullar lunas marinas

Cuento a dos manos en una noche de cantos y luna.
(En realidad fueron 4 manos, ya no escribimos, ahora tecleamos).

Hubo una noche en que una ventana y una mujer se hicieron cómplices y quisieron adivinar el lenguaje del mar y sus estrellas.
Desde la orilla, un lobo marino tradujo para ellas, contaba historias de otros mares.
Esa noche el lobo fue más canto que cuerpo, más voz que sueño, más historia que agua.
Contó de su amor por la luna, de las noches que ha perseguido su reflejo en el agua.
No era el mar, eran las historias que llegaban una y otra vez hasta la orilla, amor de luna astillada en el reflejo líquido.
El lobo capturaba en el reflejo cada palabra que la luna no decía, y cuando, al final de la noche, el reflejo desapareció en el horizonte, el lobo fue tras él, a buscar la noche bajo el agua.
Tras el reflejo, tras ella, tras sus silencios.

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