5.7.07

Intercambio

En el fondo del cajón queda aún un sobre pequeño. Lo tomo, es lo último que queda por revisar. Intento poner un poco de orden en este cajón, el cajón de las fotografías, las que ya no caben en los álbums, las que se han tomado en los últimos cuatro años. Tengo un baúl lleno de álbums fotográficos, ya no cabe ni uno más. La última vez que hice esto pasé casi un mes clasificando fotografías, varias veces tuve que salir a comprar álbums para colocarlas. Revisar y organizar los últimos diez años de mi vida no fue fácil. Ahora lo intento de nuevo, cuatro años no es tanto tiempo, tampoco son tantas fotografías, cerca de 40 sobres, el resto está en la computadora. Casi no aparezco en ellas, soy yo quien toma las fotos. Regreso al sobre, lo abro. Una colección de fotografías tamaño infantil se me escapa entre las manos. Años de escuela en mis manos. Muchos años.

/ ¿Me das una foto? Si tú me das una tuya. / ¿Le pides una foto a X y me la das? / Tengo fotos tuyas desde primero de secundaria, nada más me falta ésta. / Te cambio una de X por una de Y. / Escríbele algo atrás, así nadie pensará que te la robé. / Para una gran amiga. Te estimo como a nadie. PD. Tú también acuérdate del día de las inscripciones. / Para Lorena con mucho cariño. / Ojalá seamos amigas siempre. / Amiga, te quiero. / Para Lorena / Para Lorena. Recuerdo del día que no quisiste ser mi novia. / Votas por la planilla roja. / Recuerdo de nuestro último año de secundaria. / Recuerdo de mí para ti. /.../

Ya no los recordaba: Nora, aquella amiga que estaba enamorada de mi novio de preparatoria. Izcoátl, siempre nos hacía reír. Ubaldo, tenía gustos extraños. Jesús, estaba muy guapo y aún tenía cabello, era mi mejor amigo en la universidad. Valverde, caminaba con él de regreso de la prepa, vivíamos a una cuadra, en las noches iba a la casa y jugábamos yexes. Fabiola y Marcela, mis amigas, las de las pintas, los viajes, el basquet, el chinchilagua, brincarnos las bardas, los mejores tiempos, los mejores. Patty, no puedo creer que ya no esté. Zazo, sonriente. Sergio, nos decíamos hermanitos, yo creo que nos gustábamos. Sergio, otro, una vez se tiró uno en clase de música. Eva, no sé que ha sido de ella. Pedro, el primer niño que me pidió que fuera su novia, le dije que sí y nunca nos volvimos a hablar; me robé su foto del archivo. Brissia, mi amiga. Marco, se parecía al Conde Contar. Gela, siempre quiso ser doctora. Gaby, mi amiga de la infancia, se fue a vivir a México, cuando regresó ya no pudimos ser amigas como antes. Lidia, Graciela, Ana, Arturo...no sé cómo cabe tanto en un sobre tan simple.

4 comentarios:

Franco Félix dijo...

la memoria, las fotografías. lorena, cómo andamos. los amigos dónde están, no sé qué digo. incoherente!!!! yo??

Carlos V Sánchez dijo...

Increibles fotografías, increible que sean colores ordenados, lineas que separan lo de adentro de lo de afuera. El pasado del presente.

Saludos. Agradable blog.

Omar Bravo dijo...

Ante la demoníaca posibilidad de deterner el instante, la frescura, la lozanía de la carne, los multiples y hórridos instantes de la existencia, a través de la luz en la pélicula, podemos esgrimir esta defensa: la de irnos desvaneciendo de a poquito, lenta, interminable, obscenamente, mucho más rapido que las escenas del album familiar.

Un beso, grande grande.

Pío Daniel dijo...

la nostalgia cabe en un jarrito sabiendola acomodar para luego bebernosla en el presente...un abrazo a lo cósmico de ti y no dejé de seguirse a sí misma como una fotografía en movimiento o mejor dicho como cinta de película en la sinercia tuya.

Archivo del Blog