15.6.07




Es esta casa. Esta casa y el calor. Esta casa y el calor y los vecinos con patios abandonados y sucios llenos de tiliches con cañerías destapadas y bichos que salen de ellas.

Es esta casa.

Antes de vivir aquí nunca había tenido problemas con ratones ni ratas. Cuando era niña tuve una rata blanca, luego un cuyo y, años después, un hamster. Es distinto, ellos eran huéspedes. Desde que vivo aquí, cada verano es lo mismo. Fuera de la vecina gritona y el borracho despechado que escucha música de madrugada, éste suele ser un barrio tranquilo, pero llega el verano y todo cambia. De la nada oscura y terrible que son las cañerías surgen, caminan e invaden. Yo no puedo salir de noche al patio, es peor que si estuviera Freddy, con todo y playera de rayas, esperando por mí.

Tuve un encuentro con una enorme rata, no fue tan cercano, pero sí lo suficiente como para alcanzar a ver cómo se desplazaba dentro de ese pequeño patio que no sirve para nada. Alcancé a ver su tamaño, su color, su caminar lento junto a la pared. Supongo que no le gustó que saliera dispuesta a barrer y menos que echara agua y jabón. Decidió salir a buscar otro lugar más tranquilo. Fue entonces cuando la vi. Mi reacción fue entrar de nuevo a la casa, después de pegar un grito como de espíritu que está siendo exorcizado y cerrar la puerta inútil del patio inútil. Tomé algo de veneno y unas trampas pegajosas que guardo desde el último encuentro. Lo peor fue que al regresar vi que la puerta inútil del patio inútil estaba abierta, seguro en mi prisa por huir de ahí olvidé cerrar bien.

Por eso ahora estoy aquí, sentada en mi cama, con la luz encendida. El exterminador dijo que no puede hacer nada y sólo se dignó a colocar unas bolitas azules por aquí y por allá. Y se fue, no hizo nada más. Lo peor fue cuando dijo que nunca sabría si la rata se murió porque el veneno la seca y, según él, el animal no despide olor a rata podrida. Lo bueno fue que no me cobró, seguro mi cara de angustia fue suficiente. Ahora pienso que puede haber una rata muerta en algún rincón de la casa. Yo que pensaba que al cerrar la puerta la rata se quedaría atrapada en ese patio inútil, pero no, ahora puede estar en cualquier lugar. Por el tamaño del animal sé que para estas horas ya lo hubiera visto si es que estuviera aquí. De cualquier forma no puedo dormir. Y odio mi casa y odio no poder hablarte y decirte que me ayudes a encontrarla y te deshagas de ella con ese pedazo de varilla que sólo servía para matar ratones y que seas un héroe y que esta casa vuelva a ser lo que era cuando era.

7 comentarios:

Franco Félix dijo...

y te arrastras y caes a una coladera y viajas tranquilamente sobre un río de mierda y las ratas desde la orilla se burlan de ti y dicen: “vean al pinche corazón cagado, cree que está en el Amazonas” (

mar adentro dijo...

Cambiando de canal encuentro un programa sobre un hombre que para superar su miedo a las ratas lleva a cabo una investigación sobre su comportamiento, hábitos y características. Crió a una desde pequeña y se acostumbró a tenerla como mascota. Visitó a una mujer que tiene cerca de 100 ratas viviendo en su casa, pero el mayor reto que cumplió para superar su fobia fue visitar un templo en India en donde las ratas son adoradas, Karni Mata, al parecer más de 10,000 ratas viven ahí. Vi el programa completo, tal vez tener una rata viviendo en el patio no sea una gran tragedia.

Ah...tienes razón Franco, las ratas sí cantan. Les pusieron un aparatito con sonidos en alta frecuencia y comenzaron a entonar una canción.

mar adentro dijo...

Maldita rata. La estoy viendo, está aquí enfrente de mí.

víctorhugo dijo...

ve a la pocilga infernal de la gastónmadrid y después de eso verás a las ratas más bonitas...

saludos

Anónimo dijo...

respecto a lo de héroe, bullshit todo. Porque a veces es mejor llamar a un exterminador que sabe que no la hará de héroe porque eso es algo que hace normalmente y luego te das cuenta que tampoco sirvió para nada y una siempre una se queda con el fantasma de una estúpida ratafétida en el interior.
pero.
también existen cucarachas y otros parásitos. cuando una cree que las ratas te hacen sentir así, lo mejor es pasar el sol durmiendo o leyendo y bebiendo y hablando con algunas gentes muy pero muy poco a penas a cruzar palabras.
a penas cruzar palabras.
-cascade st.

mar adentro dijo...

Nada más para darle fin a este escabroso episodio, quiero finalizar contando que la maldita y hambrienta rata se empacó dos bolitas azules, sí, de las que dejó el exterminador...quien le manda. Sobre las coladeras puse dos de las preciosas y coloridas piedras, de las que dejaron los niños del taller de verano, y que ahora decoran mi patio cumpliendo una práctica función: impedir que las ratas salgan por ahí. Nada más falta que mis vecinos hagan lo mismo y creo que hasta compraré unas sillas para el patio. Quien sabe, tal vez me atreva a salir y sentarme ahí por las noches.

Omar Bravo dijo...

Lorena. No temas, las ratas no son tan malas después de todo, quizá solo un poco feas y sucias, nada más recuerda y entona la cancioncita del kinder garden y verás como todo cambia:

Una rata vieja que era planchadora
por planchar su falda
se quemó la cola
se puso pomada
se amarro un trapito
y a la pobre rata
le quedó un rabitooooo...!


besos

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