28.4.07

Regreso

Regresé. Abro los ojos, de nuevo en casa, en mi cama. Quiero un café. Es temprano, la luz que entra por la ventana me dice que no hay prisa, puedo quedarme un rato más. Abro la puerta y un aire, que ya no alcanza a ser completamente fresco, me dice que estoy en casa y que el clima ha cambiado. Sí, estoy aquí. Sí, es tiempo de cambios. En mi casa reina el silencio, me pregunto cuál era la prisa por regresar, sé las razones, aunque algo dentro de mí deseaba quedarse un poco más y caminar por la ciudad, dejarme tocar por ella, sentirla, desde el estómago, en las manos y los ojos. Dentro. Esa sensación de vértigo ante lo que puede suceder detrás de cada esquina, posibilidades múltiples. Hay tanto y es tan poco el tiempo. En casa hay tanto y el tiempo no se detiene. Un torbellino. Los días se pierden uno detrás del otro, salpicados de vivencias cotidianas que me recuerdan dónde y por qué. Cómo detener la fractura. Cómo impedir que el tiempo y el sentido sean absorbidos por ese hoyo negro de límites en expansión, que se coloca en el centro y se alimenta de lo inmediato, que avanza por los rincones como una fiera, destruyendo a su paso ese porvenir que no estuvo nunca escrito y no fue narrado. Será, puede ser, que deshabito el espacio e intento distraerlo. Será, puede ser, que lo llevo conmigo a lugares lejanos, esperando perderlo en el laberinto, sin dejar rastro. Por eso guardo silencio, espero no note que he regresado. El café puede esperar.

7 comentarios:

Sabes que conmigo no dijo...

te leo
y es como un reflejo de lo que escribo
podría ser esto
una segunda parte de lo último mío
muchos saludos

desde la habana

mar adentro dijo...

Es verdad...parece ser la continuación. Es extraño que en el fondo todos queremos lo mismo. Tenemos tanto miedo y al mismo tiempo deseamos desesperadamente que algo o alguien nos haga creer que a pesar del miedo, todo está bien.

Anónimo dijo...

Encontré tu blog, Lorena. Saludos.

Franco Félix dijo...

qué raritos son todos.

Blas Barajas, escritor dijo...

te leo y me da una impresión impresionante. a mi me gustó mucho este texto y también el de solem. son realmente bellos.

besos de lengue

Anónimo dijo...

Ese texto relata algo muy parecido a lo que le sucedía a aquel jovencito voluptuoso y cachetón que en enero le comenzó a contar detalles de su vida "amorosa"... Mientras, de él se apoderaba una pasión aún más fuerte por ser descubierto a través de sus palabras, las cuales se esconden durante algún tiempo, pero no han muerto ni morirán nunca. Gracias por todo, maestra.

Con cariño,
Óscar Bernardo Duarte Ballesteros

;-*...

mar adentro dijo...

Gracias a ti, Bernardo, por compartirte. Espero seguir leyendo más de ti.

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