Comparto este fragmento que me gustó, es algo así como el meollo-del-asunto, de Buscando a Alaska, una excelente recomendación que me atrapó y ahora me encuentro a mitad de la noche, extrañando a Alaska, igual que sus amigos.
"Ella me enseñó todo lo que sabía sobre crustáceos de agua dulce y cómo besar y el vino rosado y la poesía. Me hizo diferente.
Encendí un cigarro y lo escupí hacia el arroyo.
−No puedes sólo hacerme diferente y luego irte −le dije en voz alta−. Porque yo estaba bien antes, Alaska. Estaba bien conmigo, con las últimas palabras y los amigos de la escuela, tú no puedes venir, hacerme diferente y luego morirte.
Buscando a Alaska de John Green, Ediciones Castillo, 2006.
Pues ella había personificado el Gran quizá, me había demostrado que valía la pena dejar atrás mi pequeña vida por una mayor, y ahora se había ido llevándose con ella mi fe en el quizá. Yo podía llamar a todo lo que hiciera y dijera el Coronel “bien”. Podía tratar de fingir que no me importaba más, pero nunca volvería a ser cierto. No puedes hacerte una persona importante y luego morirte, Alaska, porque ahora soy irrecuperablemente diferente y siento haberte dejado ir, sí, pero fue tu elección. Tú me dejaste sin quizá, atorada en tu maldito laberinto. Y ahora ya ni sé si elegiste la manera derechita y rápida de salirte, si me dejaste así a propósito. Entonces, nunca te conocí, ¿o sí? No recuerdo, porque nunca lo supe."
Buscando a Alaska de John Green, Ediciones Castillo, 2006.