27.7.08

Las próximas millas














Hace unos días, en una rica charla sobre la barda de un parque, confesé que siempre había sido buena hija, siempre hice lo que se esperaba que una buena hija hiciera, bueno, casi todo y casi todo el tiempo.

Hacer lo que tienes que hacer te lleva a sentirte tranquila con los demás, no siempre contigo. Lo cual puede servir para llevar la fiesta en paz o mantener el equilibrio familiar o social, pero no sé si sirve de mucho cuando se trata de revisar la balanza, ya que no son los demás quienes viven dentro de nuestro cuerpo y tampoco son ellos quienes escuchan la voz interior que a veces se alza y reclama. Así, que una acumula una deuda consigo misma a lo largo de los años: momentos pospuestos, palabras no dichas, besos no dados, lugares no visitados, cosas no probadas, el etcétera puede ser largo o no, lo que importa es que el ser responsable y hacer lo que se espera de una es bueno, para los demás, no para una misma.

Después de terminada la charla pensé en lo que hago, lo que quiero hacer y lo que tengo que hacer (aunque la charla se vio interrumpida por cosas que tenía que hacer), y decidí. No hice lo que se esperaba de mí, no entregué lo que debía entregar, no hice las llamadas que debía hacer, no aguanté el trato que no quería aguantar, tomé el carro y nos fuimos a conocer un lugar en donde siempre había querido estar. Lo mejor fue el compartir la experiencia y vivirlo con ellas (A y P), los chistes, las risas, los asombros, los silencios, los deseos y el tiempo juntas.

Seguro entregaré lo que tengo que entregar (cuando lo termine) y haré algunas de las llamadas que tengo que hacer, no sé si haré todo lo que se espera de mí, lo que sí sé es que no aguantaré el trato que no me gusta y que nada, nada, borrará estos recuerdos y esas sonrisas.

20.7.08

Reyna de Reynas

El conductor(a) inicia el evento invitando a los(las) concursantes a pasar al escenario para la prueba de traje de noche. Se calificará elegancia y porte al caminar. El público aplaude. Uno(a) a uno(a) los(las) concursantes aparecen detrás de una cortina en la que se lee “Reyna de Reynas” en letras plateadas. Seis guapos(as) y elegantes concursantes lucen su mejor sonrisa, portan elegantes y ajustados vestidos, saludan al público que vitorea y aplaude sus nombres. No faltó quien tropezara y casi perdiera el equilibrio, por lo que algunos(as) optaron por levantar un poco el vestido al caminar, no fueran a caer cual largos(as) son en aquella improvisada pasarela. Finaliza la prueba, todos(as) salen juntos(as) y forman una fila para que los jueces y el público puedan apreciarlos(as) antes de tomar una decisión. Algunos temimos que el programa incluyera la prueba en traje de baño, pero no, no fue así. También se omitió la clásica sesión de preguntas sobre qué harías si pudieras cambiar algo en el mundo o cuál es tu deseo mayor. Lo que sí se hizo fue entregar premios a la Señorita Simpatía, Fotogenia y Personalidad. Acto seguido, la “Reyna de Reynas 2007” hizo su última aparición portando la corona que dignamente representó a lo largo de un año; lo mismo hizo la Reina del Carnaval de Guaymas. Finalmente, los jueces emitieron su fallo: Karen se convirtió en la “Reyna de Reynas 2008” (definitivamente era el(la) favorito(a) del público). Todos aplaudimos (incluso quienes no ganaron aunque se notara la desilusión en sus rostros) y Karen recibió la banda y corona que lo(la) acreditaban como el(la) más bello(a) y elegante representante de la comunidad gay que gusta de estos eventos. Karen pasa al frente y saluda a los jueces, lanza besos al público que grita su nombre, un par de admiradores sube al escenario y lo(la) abraza fuertemente, Karen sostiene su corona y sonríe. Un guardia baja a los efusivos jóvenes y Karen vuelve a sonreír. Saluda. Karen sonríe y sus admiradores aplauden. Karen da media vuelta y el público percibe que en aquel fuerte y efusivo abrazo, sus admiradores desacomodaron sus pompas postizas, una ha quedado más arriba que la otra. Karen no lo ha notado, continúa sonriendo.

10.7.08

I

La primera vez que lo vi el tiempo se detuvo. Yo corría detrás de una pelota o perseguía a alguien, entonces lo noté, no me di cuenta en qué momento dejé de correr. Él se agachaba a tomar algo de un camastro en la playa y en algún momento volteó hacia mí, detuvo su mirada y se quedó así, inclinado, viéndome, mientras yo lo miraba a él. Fue sólo un instante, lo suficiente para que el momento quedara grabado. Creo que nos vimos un segundo más antes de que él, finalmente, se incorporara con lo que estaba recogiendo de la silla y yo continuara caminando. El tiempo volvió a transcurrir, las personas recobraron el movimiento y todo volvió a la normalidad. Ha pasado tanto tiempo desde entonces. Nunca he vuelto a sentir lo mismo.

6.7.08

Paloma


Lo que nos hace humanos: compartirnos. Lo hacemos de distintas formas: ritos, ceremonias, lo que nos da certeza. Creamos formas para compartirnos, para aventurarnos al encuentro.

Lo hacemos juntos: celebramos y nos dolemos, conmemoramos y tenemos fe. Nos abrazamos y no tenemos que decir más. Necesitamos hacerlo juntos para sentir la validez del momento, necesitamos de los demás para compartir y testificar lo significativo, lo trascendente, el sentido compartido crece aún más. Nos gusta compartir lo importante, es más, al compartirlo es cuando se vuelve verdaderamente importante.

Paloma se casa. Paloma y Tony se casan. Será un gusto compartir este momento con ellos.

El decirlo tiene un gran significado. Ha decidido emprender un camino junto a un hombre generoso que será una gran pareja. Paloma se casa y ayer nos reunimos para compartirlo con ella. Pudo haber sido una despedida de soltera común, pero no lo fue. Ella estaba radiante, y cómo no estarlo, rodeada de esa familia suya que es la fuente de lo que ella es. Lo mejor, fueron las palabras de cada una de sus cuatro hermanas, los abrazos deseándole lo mejor y contándole (a la cuenta cuentos) sobre el hueco enorme que dejaría entre todos.
Pero lo mejormejormejor de la noche, fue la interpretación de las cinco hermanas de los diálogos del Rey León y Hakuna Matata. Resulta que las Hernández se saben todos-todos los diálogos de la película. Dejaron de ver las letras en la pantalla porque ellas se las sabían mejor (es verdad, hasta la entonación y los chistes de Pumba y Timón les salieron igualitos). Como bien dijo Pamela, eso fue un evento histórico.

3.7.08

Año Nuevo Comcáac











Muchas veces me he sentido mejor en su territorio que en mi propia casa. Conste que dije "el territorio", lo cual incluye el camino aunque deshaga carros, suspensiones y ánimos, la isla, las playas, los cerros, la gente...

Sí, ellos, la Gente. Su sonrisa, su caminar pausado y flotante, sus colores, sus plantas, su visión, su tranquilidad, su paz, su creatividad, sus manos, me encantan sus manos grandes y fuertes. Sus manos agresivas, su mirada fuerte, su lengua que fluye y hace pausas.

Celebraron la llegada del Año Nuevo. Recolección de pitahayas y un chingo de comida. Mucho sol. No me tocó ver el sacrifico de la caguama, lo que agradezco enormemente, cuando yo me regresé todavía estaba viva.

El compartir la experiencia lo hizo aún más especial. Las risas, las canciones, las manos tan a la mano. Si éste es el inicio de una nueva etapa, hemos comenzado de una excelente manera, bienvenido lo que nos espera delante.

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