27.2.08

Era mi primo

Todos los muertos son primos de alguien. Todos son pareja, padres, hijos, hermanos, novios, sobrinos, amigos, amantes, nietos, alumnos, compañeros de alguien.

Cuando no son nuestros hermanos, amigos, pareja, compañero, etc. solamente son muertos, aunque nos duela la violencia y el pesar de otros, no es lo mismo.

Veo la fotografía, es un cuerpo tirado en medio de una calle, no veo su cara. Hay un hombre agachado revisándolo, por eso no se ve el cuerpo completo en la fotografía, más bien se sabe que frente a él hay alguien sobre el pavimento. También hay alguien que se aproxima para ver mejor, por la postura de su cuerpo puedo ver que no desea involucrarse mucho pues no saca las manos de las bolsas del pantalón. Hay policías y curiosos. Hay un hombre muerto en mitad de la calle.

A los diez años hicimos un club en medio de un terreno baldío, reunimos piedras y las apilamos en círculo. Nos reuníamos a planear excursiones que no hicimos y expediciones para recolectar insectos. Guardábamos equipo entre las piedras, por lo que pudiera ofrecerse, quien llegara podría encontrar botellas de agua, cuadernos, binoculares, cerillos, una manta, etc.

Un día extendimos una soga desde el techo hasta un árbol, buscamos donde asegurarla y pedimos turnos para tirarnos por ella. Él fue el primero. Creo que la cuerda se soltó y él se cayó, pero no pasó nada y lo intentamos de nuevo, solamente que antes de que fuera mi turno alguien enteró a los papás e inmediatamente salieron a terminar nuestro intento de tirolesa casera.

Los mejores chapuzones desde un árbol hasta el río fueron con él, si nos acompañaba a caminar por el campo sabíamos que nada nos pasaría. Con él me atreví a tocar por primera vez una víbora, sucedió después de que la encontró, ya tenía dos días extraviada en su casa. Pasé horas observando tarántulas y lagartijas. Las peceras en su cuarto eran lo máximo: apagaba la luz y se veía solamente la pecera iluminada, se escuchaban las burbujas y nada más.

Tenía años de no verlo, ahora lo veo sobre la calle y ese cuerpo no me dice nada. Era mi primo, el de las mejores aventuras.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muchos besos y abrazos

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