Me saqué a mí misma casi a rastras de la casa, si no iba a hablar con nadie, al menos que me diera un rato el aire. De cualquier manera ahí dentro no podía arreglar nada. Así que busqué un camino, al principio no sabía para dónde, pero me acordé de mi lugar secreto, y ahí voy, con todo y lluvia, seguro dejarme lavar era lo que necesitaba. Y lo encontré, ahí estaba, con más agua de la que había la última vez que estuve ahí, en silencio, como la última vez que estuve ahí.
Lo mejor, encontrar huellas de venado, muchas huellas, muchas. Había más huellas de otros animales, muchos pájaros y alcancé a ver dos tortugas, hasta un zorro pude ver. Me senté ahí a escuchar, a ver y a llover. Y llovió, y con la lluvia regresé a la ciudad.
Me saqué a mí misma casi a rastras de la casa, si no iba a hablar con nadie, al menos que me diera un rato el aire. De cualquier manera ahí dentro no podía arreglar nada. Así que busqué un camino, al principio no sabía para dónde, pero me acordé de mi lugar secreto, y ahí voy, con todo y lluvia, seguro dejarme lavar era lo que necesitaba. Y lo encontré, ahí estaba, con más agua de la que había la última vez que estuve ahí, en silencio, como la última vez que estuve ahí.
Lo mejor, encontrar huellas de venado, muchas huellas, muchas. Había más huellas de otros animales, muchos pájaros y alcancé a ver dos tortugas, hasta un zorro pude ver. Me senté ahí a escuchar, a ver y a llover. Y llovió, y con la lluvia regresé a la ciudad.
4 comentarios:
La vida no se mide por el tiempo que respiras, sino por los momentos que te quitan el aliento.
Nada más mirar las fotos y son pasaporte a la tranquilidad.
Lore!!! que padre lugar!!
Puedo ir contigo un dia?
te dejo besos y abrazos
taube
Amiga, que padre lugar.
¿Sabes? igual ya estaba escrito que tu lugar secreto siga siendo top secret y el cosmos y teléfono se confabularon para que así fuera.
Un abrazo y yo también la quiero.
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