6.6.06

Relaciones perversas

Seguramente no fue su intención, tal vez al principio, pero después de un tiempo se volvió todo un experto en manipulación. Se dio cuenta del poder que ejercía sobre ella e hizo uso irracional de él. Sabía que a la menor seña de molestia, un mínimo quejido bastaba para tenerla ahí, junto a él. Así comenzó el juego, él gritaba y ella corría a su lado. Al principio era por necesidad, después se fue convirtiendo en un juego perverso, ella lo sabía, pero se daba cuenta que el correr para atender sus necesidades la llenaba de placer. Era un sueño que durante años mantuvo oculto, había nacido para servir a sus deseos, cualesquiera que fueran. Mantenía todos sus sentidos alerta para escuchar su llamado, nada podía detenerla para correr a su lado. Ella sabía que la mayoría de las veces solo eran llamados en falso, él sólo quería probar si ella venía en cuanto la llamara, ni una sola vez falló. Bastaba con una señal. Ella llegó a adivinar sus deseos, no hacía falta que él dijera nada, ella sabía lo que él quería, se anticipaba a sus deseos y se preparaba con anticipación. Llegó incluso a olvidarse de ella misma y de sus necesidades, él ocupaba todo, su vida giraba alrededor de él. Así fue durante años, la relación mantuvo esa dinámica, nunca se alteró, ella siempre estuvo ahí, por las noches velaba su sueño, por las mañanas estaba lista para satisfacer cualquier necesidad, ya fuera cierta o inventada. Porque esa era su especialidad: inventar necesidades y esperar que ella las cumpliera, nada le fue negado. Esa era la perversión más deliciosa, acabar con el ser que más lo amaba. Nadie más pudo entender lo que él era, nadie logró complacerlo así, por amor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

una amiga que no aparece

Anónimo dijo...

y esto tuvo que ser el 666
anali lia

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