Las fotografías son cápsulas del tiempo, al abrirlas se despliegan sensaciones, estados de ánimo y recuerdos encadenados a un momento. Son mucho más que imágenes, una fotografía detiene el tiempo.
Reviso una carpeta con fotografías tomadas hace unos días, y mientras elimino las que no me gustan, hay una que llama mi atención porque la imagen está cortada; cuando estoy a punto de eliminarla encuentro mi sonrisa buscando el sol. Sonrío, no mucho, lo suficiente. Estoy en la puerta que da al pequeño patio, recostada, tomando el sol.
¿Qué recuerdo de ese día? Frío. Sol de invierno. Medio día. Colibríes. Colores. Vuelos. Sombras. Juegos. Sonrisas. Calor. Tiempo a 33 rpm. Cielo azul. Aquí y ahora.
Reviso una carpeta con fotografías tomadas hace unos días, y mientras elimino las que no me gustan, hay una que llama mi atención porque la imagen está cortada; cuando estoy a punto de eliminarla encuentro mi sonrisa buscando el sol. Sonrío, no mucho, lo suficiente. Estoy en la puerta que da al pequeño patio, recostada, tomando el sol.
¿Qué recuerdo de ese día? Frío. Sol de invierno. Medio día. Colibríes. Colores. Vuelos. Sombras. Juegos. Sonrisas. Calor. Tiempo a 33 rpm. Cielo azul. Aquí y ahora.