Si yo fuera candidata a la presidencia municipal tendría una propuesta con la que seguramente ganaría el voto de los hermosillenses, cuando menos de los aficionados a los famosos e internacionalmente conocidos "hot dogs de la uni".
Debo admitirlo, me gustan, una de las principales razones es que me adoro la libertad de escoger, disfruto tener opciones, y que mejor ejemplo que un carro de hotdogs...con cebolla, sin cebolla, con chile, guacamoles, champiñones con chile, sin chile, pepino con crema, chorizo y un montón de aderezos que hasta la fecha no he terminado de probar. No es que sean parte de mi dieta cotidiana, pero disfruto que siempre estén ahí, a cualquier hora cuando se me antojan. Comienzo por imaginar el olor del tocino en la plancha, la sensación de la primera mordida al pan húmedo y caliente, casi me puedo ver parada tratando de decidir qué más le puedo poner antes de que se desborde; porque eso es un misterio sin resolver...como un hoyo negro que da cabida a cuanta materia entra en él y no permite salir nada, así son estos malditos dogos, ¿cómo diablos pueden contener tanto?, nadie ha podido responderlo.
Bien, el detalle está en algo que mencioné, los hotdogs de la uni están abiertos todo el día y, bueno, el ser humano tiene necesidades y en algún lugar debe de hacerlas...¿en dónde diablos van al baño los hotdogeros?!!!!! ¿Alguien puede responderme?, creo que no.
Todo comenzó una mañana que elegí quedarme leyendo en mi carro en vez de ir a la biblioteca porque sabía que iba a terminar platicando y no era eso lo que necesitaba cuando tenía una novela que terminar para el día siguiente, entonces lo vi, no he podido borrar esa imagen de mi memoria, él se acercó lentamente, volteó a todos lados (menos hacia donde yo estaba) y con una cara de satisfacción procedió a deshacerse de todo el líquido que su cuerpo ya no necesitaba. Por supuesto que no llevaba guantes y que yo sepa no hay un lugar para lavarse las manos. Anteriormente iban a los baños de la Universidad, pero las autoridades tuvieron que cerrar el acceso por seguridad (eso dijeron), y aunque sabemos que aunque los baños son públicos, no quisieron hacerlos "tan públicos", así que dejaron huérfanos y con muchas ganas a los sacrificados hombres que día a día preparan los sabrosos alimentos de una gran cantidad de hermosillenses.
Dadas estas circunstancias, mi propuesta como candidata sería la construcción de baños dignos y con una buena dotación de jabón para lavarse las manos después de hacer sus necesidades, para que estos trabajadores de la industria de servicios alimenticios.(¿estarán afiliados a la Canirac?, ¿tendrán más derechos ahora que aparecen en revistas internacionales?). Todos comeríamos más tranquilos, estoy segura, y ellos no tendrían que estarse escondiendo entre los carros para hacer pipí.
¿Votarían por mí?
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21.3.06
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