Los días en la ciudad me atrapan, salto de un lado a otro, soy engullida por las circunstancias, vivo sujeta a unas manecillas que me dicen a dónde debo ir y qué tan rápido debo desplazarme, a veces, se me olvida ver el cielo...por eso necesito salir, hoy lo entendí.
En carretera, voy al encuentro de algo, me desplazo y me adentro poco a poco en el espacio, el tiempo no importa, y, lo más importante, observo el cielo.
Hoy me di cuenta, caminaba hacia mi casa (quise darme un lujo, detuve el auto y caminé un poco), pensaba, o cuando menos eso intentaba. Creo que más bien intentaba dejar de pensar. Mis sentidos atentos a la banqueta, el tráfico, el semáforo, esperaba mi turno para cruzar la calle, en eso...el cielo. No lo pude evitar, lloré.
4 comentarios:
Llorar y llorar, llorar y llorar, como dice la canción. Saluti.
Leí tu comentario en
seleccion-de-poemas.blogspot.com
Gracias por tu visita y lectura.
Y esque a veces uno se olvida del cielo, incluso cuando esta tan bajo para darte el lujo de acariciarlo tan intuitivamente, que al adentrarte tan solmne (como por requisito añadido al curriculum del corazón o del llanto o la soledad, da lo mismo) no se percibe que siempre ha estado ahí para tocarlo.
para eso hay que llorar los martes
que es el día más sentimental creo yo
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