25.2.09

La claridad nocturna

Observas con atención la aparente oscuridad y escuchas a través del silencio de esta noche que se sumerge líquida en tus ojos. Percibes lo que a simple vista parecía oculto. Cada objeto, este mismo espacio en el que te encuentras ahora, brilla con luz propia. Esa luz habita el interior de los árboles, proviene del fondo de este río, ese río que ahora eres tú, y es desde ahí que se proyecta.

15.2.09

Conservación de los recuerdos

Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes", o: "Frank Sinatra".
.
Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte", y también: "Cuidado con los escalones".
Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras que en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempres de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.
.
de "Historias de Cronopios y de Famas", Julio Cortázar, 1962. © 1996 Alfaguara
.
En mi casa los recuerdos vienen en todas las formas y tamaños. Hay puentes tendidos al pasado desde las paredes, los libreros, los utencilios de cocina o el patio. Un tejido de imágenes y objetos de cualquier especie. Por poner un ejemplo, hay montones de piedras por aquí y por allá, guardadas dentro cajones, sobre las repisas, los muebles o en alguna caja de madera. Cada una representa un momento importante. Aunque no siempre recuerdo cuál momento fue ése, conservo las piedras. Aunque mi memoria falle, a veces, me agrada ver cuántos momentos he querido conservar.

9.2.09

Una pequeña historia contada por las olas, de noche.

Es de noche y el mar está tan tranquilo que casi se te olvida que estás ahí, en su orilla. Lo escuchas, el sonido de sus olas te invita a acercarte y te dejas llevar por ese canto de historias profundas que toca tus pies. Ésta es una de esas historias que el mar me contó una noche, ¿quieres escucharla?

1.2.09

Jirafa

Esta es la historia de un domingo, un domigo genial. Esta es la historia del día que Ana Isabel, por fin, pudo tocar una jirafa. A Ani le gustan las jirafas, le gustan mucho. Tiene en su cuarto una foto de una jirafa que le regaló un amigo y una figura que le traje de algún viaje. Hoy fuimos al zoológico y cuando pasamos por donde está la única jirafa del lugar, ya no nos movimos hasta que se hizo de noche.
.
Las fotografías muestran la secuencia: / nos acercamos por el camino / Ani se acercó sola / ellas se vieron e hicieron el primer contacto / nos sentamos a observar y esperamos hasta que se fuera toda, toda la gente / caminamos hasta donde el cerco es muy bajo / Ani se acerca y le busca alguna rama de las que sí le gustan (no todas le gustan) / la jirafa está un poco ansiosa y parece apresurarla, Ani ni cuenta se da pero la jirafa le busca por la espalda (aquí es donde la batería de la cámara se termina y sólo pude sacar las dos últimas fotografías) / y por fin... logró acariciarla. / La sonrisa la llevo guardada.
.
Fue un día que no vamos a olvidar.

































Archivo del Blog